El profesor Porro: ¿dos casos aberrantes que están conectados?

02 de diciembre, 2014 | 16.39
Por Paulo Kablan
Especial para El Destape

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Primer acto. Un profesor mayor, con elevados valores morales, tomó un sorbo de agua de su botella en el aula para ingerir un medicamento contra la diabetes y casi muere envenenado. Una alumna de apenas 12 años, con graves problemas de conducta, le había agregado un veneno para ratas o cucarachas.

Segundo acto. Media docena de ex alumnas del profesor se indignaron al recordar que ese hombre, que pide justicia por televisión tras el supuesto intento de envenenamiento, hace dos décadas las habría sometido a abusos sexuales.

Ambos casos parecen, en principio, totalmente aislados. No hay ningún indicio ni prueba que permita conectar aquellas denuncias de abusos, que el propio docente Miguel Angel Porro (67) reconoció que existieron aunque dijo que fue víctima de una infundada acusación calumniosa con vaya a saber qué fines, con lo que supuestamente padeció el docente en la Escuela Media 13 de Villa Ballester, en el partido de San Martín.

Por un lado, dos décadas después, será imposible probar con cierto rigor judicial aquellos presuntos abusos. Pero también, cabe aclarar, hasta el momento en la UFI 3 de San Martín, que investiga el intento de envenenamiento, no hay una sóla evidencia que permita determinar la veracidad del tóxico en el agua. Es más, la causa está calificada por el momento como "averiguación de ilícito"; más allá de que, si es que se comprueba con informes médicos, la alumna es una niña de 12 años, por lo que se extinguiría la acción penal porque es inimputable.

Ahora bien, los relatos de las ex alumnas de teatro del profesor Porro, que se han animado a hablar y dar la cara en televisión, es muy factible que sean rigurosamente verídicos. No tendrían ningún motivo para, veinte años después, salir a denunciar a un docente de no ser cierto lo que cuentan.

Y en el caso de la chica de 12 años, que llegó a escribir en su página de Facebook, "que se mueraaaa...", en clara alusión al profesor, es también probable que sea cierto, aunque a la justicia le costará darle formato de prueba a lo que se ha contado.

En síntesis, si lo del veneno es cierto y lo de los abusos también, ¿ambos casos podrían estar conectados? Va a ser mucho más difícil de determinar, aunque no se puede descartar como línea de investigación. El tiempo tendrá la respuesta.