Uno de los polos comerciales de indumentaria más importantes de la Ciudad de Buenos Aires está en crisis. Los comercios de la avenida Córdoba están con graves problemas para mantener sus puertas abiertas ante el desplome del consumo por la alta inflación y los bajos salarios.
“Las veredas que solían estar repletas de negocios con marcas de primera línea ya no pueden esconder los locales vacíos”, describió La Nación. "Córdoba tuvo siete años de esplendor", relata Ariel Lamas, dueño de Cosentino, una marca de ropa de hombre. Los “tiempos de gloria” empezaron en 2000.
Según la Cámara Argentina de Comercio y Servicios, que cada bimestre hace un recuento de cuántos locales cerrados hay en la zona, había 27 persianas bajas hacia finales de abril. El pico había sido en noviembre y diciembre, con 35 espacios vacíos. Ante el oscuro escenario, los comerciantes intentaron hacer algo. Precisaban recuperar la clientela que se había volcado definitivamente hacia los outlets de Villa Crespo y al shopping Distrito Arcos, en Paraguay y Juan B. Justo, que también ofrece ropa de segunda mano.
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"La caída es porque hay una crisis económica y la gente no tiene plata", dijo Pablo Himitian, propietario hace 20 años del restaurante Viejo Bar.
"Este verano tuve días en que no abrí caja -admite Lamas-. Ahí entrás en una desesperación. Te preguntás si estás haciendo algo mal. Pero todos están en la misma. Córdoba era una torta de ocho porciones y todos comíamos una. Ahora somos la misma cantidad de negocios, pero hay tres porciones. A veces comés, a veces no", admitió Abrió Pekken, dueño de una mueblería infantil.