La disparada inflacionaria volvió a impactar sobre el precio de la comida: una familia tipo de cuatro miembros debió tener en abril ingresos superiores a $ 29.493,65 para no ser consideradas pobres. Para no ser indigente, el mismo grupo debió pasar los $ 11.844,84.
El INDEC afirmó en su informe que la Canasta Básica Total (CBT), que delimita la pobreza, aumentó un 2,6% en abril. Además, la Canasta Básica Alimentaria (CBA), que marca la línea de indigencia, escaló un 1,8%.
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Desde una perspectiva interanual, la CBT acumuló una suba del 61,5%. Por su parte, la CBA registró un alza del 55,8% en ese período.
Ayer, el gobierno porteño sostuvo que una familia tipo propietaria de vivienda necesitó en abril un ingreso de $ 29.304,13 para no ser pobre y $ 14.365,68 para no ser indigente. Por ende, ni siquiera dos salarios mínimos vitales y móviles alcanzan para cubrir la canasta.