Mientras cada noche a las 21 se realizan aplausos en todo el país para agradecer a los profesionales de la salud, también existe la cara opuesta de quienes sacan a relucir sus peores miserias. Así lo vivió Elizabeth Melania Alfaro, una médica oncóloga del Garrahan que fue presionada por sus vecinos de edificio para que no use el ascensor o la llevarían a la Justicia.
El viernes, la médica se encontró con un cartel pegado en el ascensor. "Les solicitamos no usar los ascensores, ni circular por el mismo. Acá viven muchos adultos mayores de riesgo. Tomen las medidas para no tener que caer en la Justicia. Nos tienen que cuidar y ser responsables. Piensen en el otro. Cada uno sabe lo que tiene que hacer", decía el comunicado anónimo.
"Parecemos bipolares: te aplauden y despues te encontrás con estos carteles. La sensación que te da es de mucho dolor. Somos muchos los que le estamos poniendo el hombro, pero esta situaciones sacan las miserias mas profundas", remarcó Alfaro en declaraciones a radio Delta (FM 90.3).
Alfaro hizo su catarsis en el mismo papel, en el mismo lugar en el que lo habían dejado pegado. "Ojalá nunca nos necesiten o recurran a un curandero. Gracias por ser tan buenos seres humanos. Los médicos del edificio sabemos muy bien lo que tenemos que hacer. Es muy agradable saber que uno vive en un consorcio tan solidario", respondió. Lo hizo por ella, por su marido, por su hija y por su vecina del segundo piso, todos médicos.
"Estamos indignados. El viernes cuando me iba a trabajar encontré pegado ese papel en el ascensor de mi edificio. Mi edificio es muy pequeño: somos 8 propietarios que nos conocemos todos, hace 17 años que vivimos acá", explicó en las últimas horas en el programa Nadie es Perfecto, de Radio Late.
La médica oncóloga dijo que siempre la relación con sus vecinos fue "muy cordial, nunca hubo ningún problema". Pero argumentó que la razón que le da a este mensaje "es el miedo y la ignorancia".
"Es mucho más fácil pegar un cartelito, que fue anónimo, que llamar por teléfono y preguntar. Los médicos también tenemos miedo. Pienso, quizás equivocadamente, que vivimos en una sociedad bipolar: no podemos pasar de los aplausos a hostigar gente profesional de la salud en general. También pienso que es bastante egoísta esta situación", profundizó.
Al tiempo que aclaró que tuvieron "muchísimo apoyo, desde el encargado hasta algunos vecinos, además de mucha gente", analizó que la pandemia del nuevo coronavirus "saca lo peor de algunas personas, lamentablemente, como en todas las crisis". "No nos salvamos de a uno, esto es colectivo", reclamó.