El presidente francés, Emmanuel Macron, asistirá el 23 de este mes a una misa en Marsella (sudoeste) encabezada por el papa Francisco, a pesar de las críticas que recibió por presentarse en nombre de un Estado laico.
La separación entre la Iglesia y Estado no excluye que se mantengan relaciones con "todos los cultos", indicó la presidencia francesa al confirmar la asistencia del mandatario en la misa, que se prevé será multitudinaria.
Macron no participará en la eucaristía, precisó el informe oficial, que destacó que se trata de un acontecimiento "popular" y "festivo", reseñó la agencia de noticias AFP.
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El mandatario de 45 años también tiene previsto un encuentro privado con el Papa antes de la ceremonia religiosa.
El pontífice argentino ha reiterado que su viaje a Marsella, previsto para el 22 y 23 de septiembre, estará centrado en la cuestión migratoria y no es una visita de Estado.
Uno de los momentos más importantes será la misa ante -se estima- 60.000 personas en el estadio Velódromo.
Antes del anuncio oficial, la posible presencia del mandatario centrista generó críticas de la oposición de izquierda, en plena polémica en Francia sobre la prohibición en las escuelas de la abaya, un vestido tradicional portado por las musulmanas.
Macron "se burla del laicismo y pisotea sus principios, la separación de Iglesia y Estado y la neutralidad del Estado respecto a las religiones", escribió el diputado izquierdista Bastien Lachaud, en la red social X.
La misa en Marsella será la primera de un pontífice en tierra francesa desde la celebrada en 1980 por Juan Pablo II en la explanada de Notre Dame en París, en presencia del entonces presidente francés, Valéry Giscard d'Estaing.
Con información de Télam