Estados Unidos aprobó una venta multimillonaria de misiles a Finlandia, días después de haberle entregado un armamento similar al país escandinavo, que mantiene tensiones con su vecina Rusia y que desde la invasión rusa a Ucrania solicitó adherirse a la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN). "Es vital para el interés nacional de Estados Unidos ayudar a Finlandia a desarrollar y mantener una capacidad de autodefensa preparada y fuerte", expresó el Departamento de Estado en un comunicado en el que se detalla que dicho arsenal, por un valor de 380 millones de dólares, está formado por misiles de hombro antiaéreos Stinger.
Días atrás, Washington había entregó armamento similar a Finlandia por 232 millones a dólares.
"La venta propuesta mejorará las capacidades de defensa y disuasión" de Helsinki, que -según el Departamento de Estado- tiene intención de usar estos materiales y servicios de defensa "para aumentar su almacenamiento nacional", informó Europa Press. Para Washington, esta venta servirá para reforzar las capacidades de defensa terrestre y aérea en el flanco norte europeo, en un momento en el que Finlandia está buscando su adhesión definitiva a la OTAN, al igual que Suecia.
Por su parte, el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, se pronunció en las redes sociales y volvió a criticar a Rusia: "Atacar la infraestructura civil en Ucrania, cortar el suministro de energía a Europa para hacer subir los precios, exacerbar una crisis alimentaria, que está perjudicando a personas muy vulnerables no solo en Ucrania sino en todo el mundo. Y no lo va a lograr", sostuvo.
Veintiocho de los 30 países miembros de la OTAN ya ratificaron la adhesión de Finlandia y Suecia. Para integrarse oficialmente a la alianza se requiere la aprobación unánime de todos sus miembros. Faltan Turquía y Hungría. En ese camino, el miércoles, Turquía valoró que ambos países hayan dado pasos positivos en la "lucha contra el terrorismo", una condición de Ankara para desbloquear su ingreso a la alianza militar.
Es que, Turquía acusa a Suecia y Finlandia de tratar con demasiada indulgencia al Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK) y a sus aliados de las Unidades de Protección Popular (YPG), ambas organizaciones ilegalizadas y consideradas "terroristas" por Ankara. Por esta razón, el Gobierno turco bloquea desde mayo la entrada de estos dos países y firmó con ellos un memorando de acuerdo en julio que condiciona su adhesión a su lucha contra los movimientos kurdos y sus simpatizantes establecidos en su territorio.
Con información de Télam