Los Hermanos Butaca, el particular dúo que con su original propuesta musical y sus letras cargadas de humor y existencialismo mantiene desde los '90 una celebrada presencia casi de culto en la escena local, abandonó por un instante sus incursiones en el tango y el folclore para realizar un paneo de las distintas vertientes del rock argentino en "Mil inventos", su nuevo disco con título inspirado en un famoso filme animado de Manuel García Ferré, al que definen con guiño a los Beatles como "un medio álbum blanco".
En este caso, la ecléctica formación integrada por Germán Dominicé, en voz, y Carlos Senin, en guitarra, decidió volcarse por completo al amplio abanico cancionero que forma parte del ADN del rock local, en un recorrido que incluye la balada pop "beatlesca", el funk, la new wave y el country, entre otros ritmos.
Ante la gran cantidad de material surgido en el proceso de composición, mientras se grababan los demos, el dúo decidió hacer un recorte con canciones que tenían una estética similar, lo que derivó en una producción focalizada en un determinado estilo musical, aunque siempre con la canción como gran guía.
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"Nuestra constante es el hacer canciones y nos vamos presentando con ropa distinta entre un disco y otro", explicó a Télam Dominicé, antes de dar detalles sobre la manera en que tomó forma esta placa que, a tono con su propuesta integral, está disponible en formato vinilo.
La publicación a la vieja usanza, con su correspondiente cara A y B, permitió que haya dos grupos de canciones con características bien distintas, según la consideración de Dominicé, por lo que se decidió que Rafa Varela, uno de los guitarristas que acompaña al grupo, produjera "los temas más beatlescos" y Rafa Franceschelli se hiciera cargo de "los más power con tempo up".
Por tratarse de letras "más hilarantes o de humor triste" como Los Hermanos Butaca gustan definirlas- frente a otras líricas "más seriecitas", los cortes "Chano" y "Rafa" quedaron fuera de la placa y fueron editados como singles.
"Los sacamos como singles para que no contaminaran de alguna manera con tanto humor triste el disco que es más seriecito; no por serio porque tiene ironía. Más que nada porque tiene esta cuestión existencialista, más reflexivo. No hay ese chiste más directo a la mandíbula que pueden tener estos singles y otras cosas que hicimos antes", consideró el vocalista.
La raíz de este dúo se originó a mediados de los `90 a partir de una anécdota que prácticamente iba a determinar su espíritu. Fue cuando los dos integrantes fueron a una fiesta juntos y, al darse cuenta de que no habían cumplido con la consigna de ir disfrazados, extrajeron las butacas de su automóvil y se las pusieron en sus cabeza. El final de esta historia es que Dominicé y Senin se adjudicaron el primer premio con su improvisado y delirante disfraz.
En diálogo con Télam, Dominicé brindó detalles sobre esta nueva producción, la quinta en su historial, en la que aparecen como invitados Juan Absatz y Guille Arrom, entre otros; y cuenta con el baterista Raúl Gutta, el bajista Tavo Centurión y el guitarrista Rafael Varela completando el grupo.
Télam: Más allá del chiste sobre la manera en que se originó, ¿hay algún otro elemento por el cual definen a este disco como "un medio álbum blanco"?
Germán Dominicé: Empezó como una chanza porque empezamos a componer y grabar al mismo tiempo y se nos llenaron de canciones los demos, entonces nos dimos cuenta de que necesitábamos hacer un disco doble si queríamos incluir todo. Fue ahí que dijimos de hacer un "medio álbum doble" y eso nos marcó bastante el concepto. A la vez, nos salió el subsidio del Inamu (Instituto Nacional de la Música) y empezamos a pensarlo como un disco de vinilo con cara A y B. Empezamos a notar que era muy cancionero y lo pensamos así, muy a lo beatle. Y como es amplio en su espectro -hay funk, balada, new wave- quedó esa idea del "medio álbum blanco". Un poco arrogante la definición, pero bueno. El disco quedó con una estética bastante unificada. A la primera escucha ya se puede tener una apreciación bastante acertada de la propuesta, si bien tiene sus cosas para deshojar en siguientes escuchas.
T: ¿Y su ligazón sonora con el rock argentino fue pensada de antemano o resultó así luego de este proceso de selección?
GD: Ese es el punto. Los temas que quedaron fuera tal vez tenían que ver más con esa propuesta más acústica, de ritmos de 6 por 8, con aires más folclóricos y de fusión. Cuando supimos que iba a salir en vinilo fue como un volver a nuestras raíces porque nosotros arrancamos haciendo rock y nos pareció, conceptualmente hablando, que era cerrar un círculo: una vuelta al rock y que saliera en vinilo como cuando lo consumíamos de adolescentes. Somos hijos del rock argentino, que a la vez es deudor de Los Beatles.
T: El título del disco alude a "Mil intentos y un invento", la famosa película animada de Manuel García Ferré que tiene a Anteojito como protagonista. ¿Cómo aparece esa idea?
GD: "Mil inventos", el nombre del disco es además el nombre de una canción. Esta subvertido el significado porque, en nuestro caso, de un solo intento, aparecieron mil inventos que son las canciones. Nos dimos cuenta de que la idea del disco se condensaba en el nombre de esa canción que, a su vez, es una canción que festeja la creatividad y nos pareció que cerraba muy bien la idea.
T: Hace un rato dijiste: "Nuestra constante es el hacer canciones". ¿Cómo imaginás el futuro del género canción en estos tiempos en que las nuevas generaciones prefieren ritmos en donde la canción queda diluida?
GD: Si miramos para atrás, la canción se las ha arreglado bastante bien en el siglo XX para subsistir. La canción está en todos los géneros. Es transversal. No sé qué va a pasar pero la canción se las ha defendido y si tengo que poner una ficha a la canción, se la pongo. Siempre que alguien agarre una guitarra y tenga algo para decir, habrá una canción.
Con información de Télam