Los 32 años de Prohuerta: una política pública atravesada por solidaridad y promoción de derechos

30 de julio, 2022 | 10.45

(Por Ignacio Méndez) El proyecto Promoción de la Autoproducción de Alimentos, más conocido como Prohuerta, cumple el próximo miércoles 32 años fomentando las prácticas productivas agroecológicas para el autoabastecimiento, la educación alimentaria, las ferias y los mercados alternativos con una mirada federal e inclusiva de las familias productoras, pero además solidaria y con perspectivas de derechos.

Dirigido a familias y organizaciones de productores en situación de vulnerabilidad social, Prohuerta está cogestionado por el Ministerio de Desarrollo Social de la Nación y el Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA), y desde 2003 forma parte del Plan Nacional de Seguridad Alimentaria.

El programa nació en 1990 -mediante Resolución Nº 239/90 del INTA-, en un marco de crisis por un colapso en el abastecimiento alimentario para los sectores más vulnerables, y actualmente es una de las políticas públicas alimentarias más importantes de Latinoamérica por su promoción a la seguridad y soberanía alimentaria.

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"Es un programa extraordinario y no existe uno similar en otros países por el alcance y la magnitud que tiene Prohuerta en todo el territorio nacional", destacó Roberto Cittadini, excoordinador nacional del programa (2006-2013), y agregó: "La clave de Prohuerta es la red de técnicos del INTA que lo sostienen y llegan a todas las localidades y la figura de los promotores voluntarios".

"Una de las características que tiene Prohuerta es que siempre estuvo atravesado por la solidaridad; es una política pública que logra implementar acciones con perspectivas de derechos a nivel comunitario, y esto llevó a este programa a que pueda estar 32 años vigente, con presencia a nivel territorial", subrayó el Licenciado Jorge Cefarelli, asistente regional de Prohuerta y Agricultura Familiar en el INTA Corrientes.

Prohuerta apunta a promover la "seguridad alimentaria y a mejorar la nutrición de la familia a través de la incorporación de nutrientes", remarcó por su parte Zulma Canet, directora de INTA Pergamino, provincia de Buenos Aires, y referente nacional del área Granja del programa.

También apuesta "al acceso al trabajo a través de la producción de sus propias huertas, y va disparando otro tipo de derechos, como la participación, a la comunicación, a organizarse, a pensar transformaciones a nivel territorial", añadió Cefarelli.

El programa "arrancó sólo con la huerta y la entrega de semillas, pero después se veía que faltaba la parte de proteína de origen animal, entonces, dos años después, comienza la parte de granja de la mano del Ingeniero Manuel Bonino", explicó Canet.

Actualmente, Prohuerta funciona en más de 600.000 huertas y granjas escolares, familiares e institucionales, y a lo largo de estos 32 años ha generado más de 15.000 granjas agroecológicas.

Mediante el mismo se entregan aproximadamente 1,3 millones de kits de semillas durante las temporadas otoño-invierno y primavera-verano, y hasta 600.000 aves, entre gallinas ponedoras y pollos camperos, a 20.000 familias de toda la Argentina.

"En lo que va de 2022 llevamos producidas 210.000 ponedoras, 28.000 pollos para carne y eso, en regla general, han generado 18.000 granjas. Con lo que se produjo este año, hemos llegado a 18.000 familias", precisó Canet.

Asimismo, la iniciativa ayudó a que cerca de 170.000 personas se capaciten en desarrollo de huertas y granjas, alimentación saludable y producción agroecológica, brindando insumos tales como semillas, frutales, animales de granja y herramientas.

Por otra parte, con un abordaje territorial integral, un enfoque de derechos y una perspectiva de desarrollo sostenible, Prohuerta valora las particularidades culturales y ambientales de cada territorio para impulsar técnicas productivas amigables con el ambiente, y tecnologías apropiadas que mejoran el hábitat y la calidad de vida de las familias.

"El programa tiene una semilla que en la comunidad germina y va germinando otros procesos, como de desarrollo; va fortaleciendo y creando redes comunitarias; va permitiendo que la comunidad se organice y a su vez, que vaya generando procesos de transformación a nivel territorial", añadió Cefarelli.

Bajo esa premisa entran en acción las promotoras y los promotores voluntarios de Prohuerta, un nexo entre el trabajo técnico del programa y la comunidad, cuyas principales actividades son la distribución de semillas, el acompañamiento a huertas y granjas, acciones de articulación territorial, capacitación y difusión de acciones.

Actualmente, en todo el país colaboran con el programa cerca de 9.000 promotores, destacándose la participación de la mujer -abarca el 67% del voluntariado-.

"Prohuerta siempre va a permanecer y tener vigencia gracias a sus resultados exitosos y a la demanda por parte de la sociedad, porque cuando se instrumentó fue para un período que buscaba cubrir la emergencia, y ello le permitió impulsar las ferias agroecológicas, que generó una articulación del programa con el autoconsumo y el autosostén de las familias", completó Cittadini.

Con información de Télam