Los cortes de luz no dan tregua en la Ciudad de Buenos Aires, al mismo tiempo en que las autoridades nacionales del área energética no dan la cara. Tampoco las empresas del sector, señaladas de aplicar una suerte de plan sistemático de desinversión. Tal sería el caso de la italiana Enel, que en la Argentina opera en los tres segmentos del negocio de la electricidad: la generación (El Chocón), el transporte (Compañía de Transmisión del Mercosur, Transporte de Energía SA y Yacylec) y la distribución, con la siempre deficiente Edesur.
El propio presidente Javier Milei tuvo varios encuentros vinculados a esta compañía italiana, que hacia fines del gobierno del Frente de Todos (FdT) había mostrado sus intenciones de irse del país. “No lo hagan aún, que se vienen tiempos mejores”. Esta frase, pronunciada por el ahora máximo mandatario nacional ante los directivos de Enel según la reconstrucción realizada por Walter Martello (ex interventor del ENRE), sonó para los italianos como una promesa.
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Recién asumida la administración de La Libertad Avanza (LLA), el presidente Milei mantuvo un encuentro con los directivos de Enel en el aeropuerto de Ezeiza. De ese encuentro habría surgido la promesa oficial –según Martello–, la cual consistió en la condonación de una millonaria deuda con Cammesa, sumado a un reajuste tarifario del 270%. A cambio, no se le exigió nada.
El último encuentro oficial ocurrió días antes del mega apagón de esta semana. El jefe de Gabinete, Guillermo Francos, recibió en su despacho de la Casa Rosada a Flavio Cattaneo, CEO de Enel y a Riccardo Pozzi, jefe del departamento de los asuntos europeos e internacionales de la compañía. La reunión se concretó el pasado 27 de febrero a las 14.45. También formó parte del cónclave Daniel Cristian Gonzáles Casartelli, secretario coordinador de energía y minería.
“En la reunión se trataron proyectos de inversión en Argentina”, fue la escueta descripción publicada en el sitio oficial del Registro Único de Audiencias. El anterior encuentro del grupo con el Gobierno libertario había ocurrido el pasado 21 de noviembre, un día después de que Milei recibiese a la premier italiana, Giorgia Meloni.
Negocios son negocios
El Gobierno italiano posee el 23% de este grupo internacional, con ramificaciones de empresas que van desde la generación, transporte y distribución de energía eléctrica en el país. Pero también posee una empresa de energías renovables, creada al calor del gobierno macrista en 2016 (Enel Green Power) y Enel X.
“La empresa suele administrar activos estratégicos con ganancias aseguradas. Un ejemplo claro es su presencia en El Chocón, la central hidroeléctrica en Argentina. Con una capacidad media anual de 3.600 GWh, representa alrededor del 5% del Sistema Argentino de Interconexión (SADI). A pesar de los beneficios que obtiene, su compromiso con mejorar la distribución eléctrica en el país es prácticamente nulo”, sostuvo Eduardo Reina, analista político y consultor Especializado en Comunicación Institucional y Política de la Universidad Católica Argentina (Perfil).
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Algo similar opina Walter Martello, ex interventor del ENRE durante la última etapa del gobierno del Frente de Todos. “Existe un problema sistémico con Edesur (Enel), una desinversión crónica que perjudica a cientos de miles de usuarios. Milei les pidió a los italianos que se quedasen a cambio de garantizarles un esquema de rentabilidad, ingresos permanentes desde la distribuidora que luego van a otra parte, sin obligarlos a invertir en infraestructura”, sostuvo Martello durante un reportaje con El Destape 1070 en el programa Verdades Afiladas.
Aumento de tarifas y falencias
Sobre el cierre del Gobierno del Frente de Todos, el ENRE había realizado una auditoria integral sobre la operación de Edesur. Para Martello, las conclusiones de aquel trabajo siguen vigentes.
La primera conclusión fue que la distribuidora controlada por Enel arrastraba un incumplimiento recurrente de los planes de inversiones y del contrato de concesión que "comprometen seriamente la prestación normal del servicio”.
Entre otras falencias, señalaba las siguientes:
- La falta de instalaciones capaces de satisfacer el crecimiento vertical y horizontal de la demanda.
- Se verifica una tendencia permanente de posponer inversiones y subejecutar los planes de obras, en especial en Alta Tensión (AT) y Media Tensión (MT).
- Una alta ocupación de instalaciones en alta y media tensión y sus respectivos vínculos que denotan fragilidad sistémica para atender los picos de demanda en determinadas zonas de la concesión de modo reiterado.
- Una obsolescencia de instalaciones críticas que otorga fragilidad a las prestaciones y encarece la operación y el mantenimiento tanto correctivo como preventivo.
- La falta de capacidad para la atención de reclamos de usuarios y escasez de cuadrillas para atender reclamos en baja y media tensión.
Durante la gestión Milei, se les regaló a las distribuidoras un aumento tarifario del 270%. Negocios son negocios. Y amigos son los amigos.