El Tribunal Oral Criminal (TOC) 1 de Pergamino absolvió a Mafalda Secreto, la mujer que sufría violencia de género y estaba acusada de matar de un balazo a su pareja, José Luis Arenas, en la localidad bonaerense de Colón. Los jueces consideraron que Secreto actuó en legítima defensa, tal como había sostenido la defensora de la imputada, Raquel Hermida. Durante los alegatos, realizados el pasado 16 de junio, el fiscal Ignacio Uthurry había reclamado una condena a 18 años de prisión para por el "homicidio agravado por la relación de pareja en estado de emoción violenta".
"¿El acto realizado por Mafalda Secreto es un acto antijurídico? ¿Su comportamiento humano es reprochable, es contrario a las exigencias del ordenamiento jurídico? La respuesta es no", había expresado la abogada en un tramo de su alegato. La defensora sostuvo que la mujer, quien llegó al debate oral con el beneficio del arresto domiciliario, "padeció un trastorno mental transitorio" y que luego "del disparo o los disparos sufrió una amnesia disociativa que no es simplemente de olvidarse de las cosas, es ser otra persona".
La exposición de Hermida se impuso a la de Uthurry, quien había dicho que la acusada tuvo "cierta perturbación de la conciencia" a raíz de distintos episodios sufridos previo al crimen, pero que eso no alcanzaba para calificar al caso como una legítima defensa.
El caso
Sobre la imputada, la abogada había dicho que "es una conocida costurera y modista de la ciudad de Colón" y que, apenas comenzada la relación de pareja con Arenas, el hombre empezó a amenazarla, hostigarla verbalmente y ejercer violencia física contra ella.
Además, según el relato de la propia víctima, Arenas "la drogaba" y cuando se hallaba en estado de somnolencia hacía ingresar a la casa en la que convivía con la víctima a hombres que la violaban. "Él (Arenas) la prostituía a la noche con gente que venía de Rosario", explicó a Télam la abogada defensora.
Sin embargo, según su abogada, Secreto hizo el quiebre después de advertir un día que su nieto, al que estaba cuidando, también había sido drogado, al tiempo que Arenas le dijo que iba a vender su casa, además de amenazarla "con prostituir a sus hijas y a su nieta". Esa noche, "él se pone en la cama, pone una de sus armas sobre su pecho y le dice que vaya a buscar algo a la cocina. Ella se levanta y sobre el escritorio ve la otra arma, vuelve al dormitorio y le dispara", señaló la letrada.
El cuerpo de Arenas fue encontrado el 1 de junio de 2019 en una vivienda ubicada en la calle 11 entre 50 y 51, de Colón, localidad ubicada a 50 kilómetros de Pergamino. Según informaron voceros judiciales, esa mañana Secreto fue a la casa de su hermano para decirle que había asesinado a su pareja y que necesitaba ayuda para deshacerse del cadáver. Horas después, el hombre se presentó en la comisaría local para informar el homicidio a la Policía.
Ante esta situación, los efectivos concurrieron a la vivienda de la hermana del denunciante y encontraron a la mujer, quien reconoció el hecho, por lo que fue trasladada a la seccional, mientras que los peritos hallaron el cadáver de Arenas en un galpón ubicado en el fondo del terreno, tapado con la lona de una pileta. El cuerpo estaba boca abajo y descuartizado, ya que le faltaban los miembros inferiores a la altura de la rodilla, y el brazo derecho desde el codo, y además presentaba un balazo en el maxilar derecho que, según la autopsia, fue lo que le provocó la muerte.