La tarde del 28 de abril de 1945 quedó marcada en la historia como el trágico epílogo del otrora omnipotente dictador italiano, Benito Mussolini. Junto a su leal amante, Clara Petacci, fue fusilado por un grupo de partisanos italianos en la Plaza Loreto de Milán, el mismo lugar donde ocho meses atrás quince compañeros partisanos habían sido ejecutados en represalia por bombardeos aliados.
La imagen de sus cuerpos colgando boca abajo con un gancho de carnicero encajado en la viga de una obra en construcción, dejó una impresión desgarradora en la memoria colectiva. La huida desesperada del Duce y su intento fallido de escapar a Suiza marcaron las últimas horas de un hombre que alguna vez ejerció un poder indiscutible. Te contamos qué ocurrió con la muerte de Benito Mussolini.
El escape fallido y las últimas horas
Para mediados de abril de 1945, la Republica de Saló, el estado títere alemán en el norte de Italia donde Mussolini había sido instalado por Hitler, estaba al borde del colapso. Con el ejército alemán sufriendo un descalabro final en los Apeninos, la derrota de la República Social Italiana y sus protectores nazis era inminente.
Ante este panorama, Mussolini sopesó tres opciones: resistir en Valtellina, hacerse fuerte en Milán o escapar a Suiza y refugiarse en la España franquista. Su última esperanza estaba en esta última alternativa, y los alemanes en retirada accedieron a ayudarlo llevándolo disfrazado de soldado de la Wehrmacht en un convoy de la retirada ordenada por el general Wolff.
Pero, el convoy fue interceptado cerca de Dongo por partisanos al mando de Urbano Lazzaro. Mussolini intentó pasar inadvertido fingiendo estar borracho y semidormido en el fondo del camión, cubierto con una manta militar y el casco volcado hacia adelante para ocultar su rostro. Los partisanos ya habían identificado al funcionario de la RSI Francesco Barracu y acordaron permitir la retirada de los alemanes a cambio de la entrega de todos los italianos que viajaban con ellos.
La revisión final de los camiones reveló la verdadera identidad del Duce, y su suerte quedó sellada.
Su ejecución y la de su amante
El líder comunista Walter Audisio, conocido como "Coronel Valerio," fue el encargado de ejecutar a Mussolini y a Clara Petacci. En la aldea de Giulino di Mezzegra, frente a las puertas de Villa Belmonte, Audisio leyó una breve sentencia de muerte en nombre del pueblo italiano.
Aunque Petacci no estaba condenada a muerte, se interpuso entre los disparos y Mussolini. Petacci fue abatida, y cinco balas impactaron en el pecho del dictador. A pesar de que aún estaba con vida, Mussolini recibió un tiro de gracia en el corazón.
El impacto en el mundo
La impactante imagen del cadáver del Duce colgado boca abajo junto a su amante y otros tres líderes fascistas en la Plaza Loreto de Milán conmocionó al mundo. La multitud desquitó su rabia vandalizando los cuerpos, y la cara de Mussolini fue destrozada a patadas.
Durante cinco horas, los cuerpos estuvieron expuestos hasta que soldados del Ejército de los Estados Unidos los descolgaron y llevaron a la morgue.
Sin dudas, Benito Mussolini fue una figura que una vez había sido el líder indiscutible de Italia. Su captura y ejecución a manos de los partisanos en la Plaza Loreto de Milán simbolizaron el fin de una era.