En una ceremonia emotiva e inspiradora, seis investigadoras que trabajan en ciencias de la vida fueron distinguidas con los premios L’Oréal-Unesco por las Mujeres en la ciencia, que se entrega este año por décimoséptima vez en forma ininterrumpida y que en esta edición recibió más de 100 postulaciones de todo el país.
Las elegidas fueron Mónica Cristina García, de Córdoba, por un proyecto que apunta a desarrollar tratamientos oncológicos que puedan hacer blanco en tumores sin afectar negativamente otros tejidos, Ana María Laxalt, de Mar del Plata, por sus estudios en el control de enfermedades del tomate mediante edición genética, Gabriela Salvador, de Bahía Blanca, por sus investigaciones en procesos de neuroinflamación, María Julia Lamberti, también de Córdoba, por el desarrollo de una vacuna para el tratamiento del melanoma, y Melisa Olave, de Mendoza, por sus investigaciones en estrategias eficientes de conservación de la biodiversidad. El premio mayor fue para Juliana Cassataro, de la Universidad Nacional de San Martín, por el desarrollo de la vacuna argentina Arvac “Cecilia Grierson” contra Covid-19, la primera y única que se diseñó de inicio a fin en América latina y que ubica al país entre apenas una docena capaces de hacerlo en el mundo. Después de probar que la respuesta inmune de anticuerpos en sangre que promueve es muy buena, el proyecto premiado intentará evaluar esa respuesta en mucosas.
“Este premio reconoce mi trayectoria como mujer en la ciencia y por eso quisiera agradecer a las personas e instituciones que me dieron herramientas y posibilidades desde muy chica para llegar hasta acá –dijo Cassataro al recibirlo–. Fue el ejemplo del compromiso de mis padres por un ideal, fueron mis abuelos Juana y Juan, quienes me criaron con mucho amor, y forjaron en mí la importancia del esfuerzo y el estudio. Fueron los docentes de la escuela primaria y la secundaria públicas, los profesores de la Universidad de Mar Plata, que me dieron la capacitación para poder obtener una beca doctoral. Fue el Conicet que me permitió hacer un doctorado en inmunología sobre vacunas y seguir en la carrera científica (…)”.
Y a propósito del rol de las investigadoras en el escenario científico, agregó más adelante: “Creo que todavía nos queda mucho por andar, y muchos preconceptos propios y ajenos por romper para llegar realmente a la igualdad en puestos de toma de decisiones o liderazgo. Hay que ir abriendo nuestros propios caminos, haciendo lo máximo que podamos y queramos, sacándonos la culpa de lo que no hicimos o no pudimos. Tomando decisiones y elecciones con amor y sin victimizarnos. Y siempre sabiendo que si queremos estar en ese lugar, lo tenemos que ocupar, sin contradicciones”.
Mónica García, que lidera un equipo en la Unidad de Investigación y Desarrollo en Tecnología Farmacéutica (Unitefa), resultó ganadora en la categoría “beca” por un proyecto que intentará desarrollar nanomedicinas que incorporen simultáneamente agentes quimio e inmunoterapéuticos para el tratamiento del cáncer de mama.
Por su tamaño diminuto –un nanómetro es una mil millonésima parte de metro o un millón de veces más pequeño que un milímetro–, estas formulaciones pueden atravesar membranas celulares y vasos sanguíneos, y dirigirse hacia un blanco específico, como puede ser un tumor. Estas nanomedicinas además pueden diseñarse para que reconozcan estímulos o señales que les permitan detectar la presencia de células tumorales, y así evitar los efectos secundarios sobre tejidos y órganos sanos.
“Aun cuando se realizan muchos esfuerzos por optimizarlas, las terapias convencionales contra el cáncer suelen entrañar efectos adversos –explicó García–. Muchas pacientes padecen síntomas como la caída del cabello, náuseas y vómitos; lo que repercute negativamente en la aceptación de los tratamientos. Por eso, nos parece importante desarrollar nanosistemas que funcionen como una especie de tiro al blanco, que dirijan los agentes terapéuticos al sitio tumoral, sin que se esparzan por el resto del organismo y afecten tejidos sanos”.
García destacó que este reconocimiento, además de ser un “mimo al alma”, permite visibilizar la labor de las científicas y poner en el centro de la escena a las mujeres que trabajan en investigación, y expresó su deseo de que sirva como como inspiración para que más niñas y jóvenes se animen a seguir el camino científico.
“Dada la situación actual en la que nos encontramos, en la que incluso parece discutirse si ciencia sí o ciencia no, este tipo de distinciones permiten, además, acercar a la sociedad lo que hacemos y mostrar la importancia de las investigaciones que se realizan en el ámbito científico público”, destacó.
Cassataro, por su parte, subrayó que con su grupo pusieron en palabras y en acción “algo que algunos consideraban imposible o innecesario, pero que estamos convencidas de que vale la pena. La pregunta constante desde el principio fue ‘¿para qué siguen si ya hay vacunas?’ Yo pienso que si todos tuviéramos esa mirada, la Argentina no hubiera desarrollado plantas nucleares, satélites ni radares propios, ya que siempre hubo países con proyectos más avanzados en la mayoría de las tecnologías. No se trata de ser campeón del mundo o nada, lo importante es poder ser lo máximo que podamos ser y que esa brecha tecnológica no se ensanche más y más, y que podamos tener tecnologías propias para no depender de otros países. Ahora, dentro de muy poco vamos a poder darnos una vacuna de refuerzo contra el Covid íntegramente producida en la Argentina sin tener que gastar divisas, con lo que eso significa para nuestro país. La Argentina tiene todas las capacidades para seguir desarrollando vacunas y comercializarlas. Ojalá tengamos consensos y políticas a largo plazo que permitan el desarrollo de más proyectos estratégicos como éste”.
Y concluyó: “Ganar un premio como el L´Oréal es un orgullo. Las otras premiadas siempre fueron personas a las que admiré. Es un premio que visibiliza el trabajo de muchas mujeres y la importancia que tiene trabajar en ciencia, que además es hermoso”.
El Premio Nacional L'Oréal – UNESCO “Por las Mujeres en la Ciencia”, que se realiza en colaboración con el Conicet, tiene la intención de reconocer y visibilizar la labor de las mujeres en el ámbito científico local. Hasta el momento, lo recibieron 60 investigadoras. En 2023, año en que se cumplió el 25° aniversario del galardón internacional, la Argentina es el país de América latina que más laureadas tuvo, subrayó en su introducción el presidente de L’Oréal Argentina, Jean-Noël Divet.