Los micros estacionados en los alrededores y las hinchadas de fútbol alquiladas a las que debió acudir el oficialismo para darle color al acto en el Parque Lezama, dieron cuenta del momento complicado que atraviesa el presidente Javier Milei, luego de la publicación del índice de pobreza récord y una economía que no arranca, junto a la aparición de sondeos que lo muestran a la baja. Milei apuntó a recuperar la mística perdida con un discurso violento y cargado de insultos a políticos, economistas, periodistas y -ahora también- encuestadores. "¡Acá están los trolls, pedazos de soretes!", lanzó el Presidente, que también festejó con un "¡les cerramos el orto!". Pero su discurso disruptivo, que antes generaba adhesiones masivas y atraía la simpatía del electorado enojado con la clase política, hoy provoca hastío y hasta irritación en las mayorías, como se notó en el apagón que sufrió su última cadena nacional y la indiferencia que acompañó la presentación de este sábado.
El mensaje, a los gritos, estuvo dirigido exclusivamente al núcleo duro de apoyos. Ningún moderado pudo sentirse atraído con ese catarata de autoelogios y ataques desparramados a cualquier crítico -sean "kukardos", "empobrecedores seriales", "econochantas" o "sindigarcas"-, en especial a los medios de comunicación "ensobrados". Todo una rareza viniendo de un político inventado por los medios. Milei eligió el Parque Lezama para la presentación de La Libertad Avanza como partido a nivel nacional porque fue el lugar de sus primeros actos y apeló a una especie de épica, recordando los inicios de la fuerza y prometió que "en 2025 vamos a dar un batacazo electoral". Volvió con la idea de que gracias a sus políticas evitó la que hubiera sido la peor crisis de la historia, por lo que su gobierno es "el mejor de la historia".
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Ese discurso sobre un supuesto gobierno exitoso recibió esta semana el golpe letal del incremento en más de 11 puntos del índice de pobreza que alcanzó al 52,9% de los argentinos, según las cifras oficiales del Indec. Milei respondió las críticas de los "sensibleros" asegurando que en el segundo trimestre del año la pobreza habría bajado al 51%. Sin embargo, no se trata de una estadística oficial, sino la medición de la Observatorio Social de la UCA, que cuando le conviene usa y descalifica cuando no le conviene. Aún así, seguiría mostrando un dramático incremento respecto al 41,7% que dejó la gestión de Alberto Fernández. Milei hasta se permitió una ironía cuando mencionó al ministro de Economía, Luis Caputo. "El ministro que hizo el ajuste más grande de la historia ovacionado por la muchedumbre", remarcó. La consigna "Dios, Patria y Familia", que lanzó en un momento, característica de los sectores más ultramontanos de la Iglesia, terminó de redondear un mensaje sólo para consumo de los propios.
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En su estreno en los micrófonos, Karina Milei abrió el acto y afirmó que organizaban el partido a nivel nacional para terminar con los privilegios de la casta. Dio la impresión de todo lo contrario. Horas antes del inicio, las redes sociales fueron dando cuenta de todas las costumbres de la casta política a la que echaron mano para garantizar un marco adecuado al evento. Sobre avenida Garay se ubicó una muy larga fila de colectivos alquilados para traer simpatizantes desde el Conurbano. También hubo testimonios de hinchadas de fútbol alquiladas -notoriamente de Chacarita, el club del gastronómico Luis Barrionuevo- y pruebas sobre ofrecimientos diversos para que la gente se acercara a escuchar al Presidente. Otra que choripán. Ya no existe en el oficialismo aquella confianza ciega sobre el poder de convocatoria de Milei y hubo termor en la previa de no conseguir un marco de acuerdo a las expectativas.
También resultó notorio cómo la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, dejó alegremente de lado la aplicación de su protocolo contra las manifestaciones. En esta ocasión, no hubo problemas para los micros que trasladaban gente desde la Provincia hacia la Capital, ni para quienes marchaban por el medio de las calles interrumpiendo el tránsito. La ministra no sólo participó sonriente del acto en Parque Lezama, sino que encabezó la tabla de elogios con cuatro menciones de parte del Presidente. En el otro extremo quedó la vicepresidenta Victoria Villarruel, que decidió a último momento ni siquiera concurrir al encuentro, en otra movida de sus apuestas de diferenciación.
Los temores a una floja concurrencia tenían fundamento si tenemos en cuenta lo que vienen marcando las últimas encuestas: la baja en los niveles de apoyo al Presidente que comenzó a registarse a partir de junio, que se se aceleró en las últimas mediciones. No se trató de una o dos encuestas sino de todos los sondeos conocidos en el último tiempo. Por eso, los encuestadores ingresaron este sábado en la lista de indeseables del Presidente, cada vez más amplia. "Bajó una cantidad de puntos considerable, está indicando algo", analizó el consultor Juan Courel, director de Alaska Comunicación, en El Destape Radio. Pese al ajuste en marcha, Milei mantuvo durante meses un índice de apoyo estable que comenzó a mostrar un quiebre, agravado en los últimos días con el veto a la movilidad jubilatoria y la foto del festejo en Olivos. El mayor índice de pobreza en 20 años conocido el jueves junto a la risueña aparición presidencial en el balcón de la Casa Rosada junto a Susana Giménez echó sal en esa herida.
Milei promete firmar el veto a la ley de financiamiento universitario pese a la convocatoria de una marcha de protesta para el miércoles 2, que -todo indica- convocará a una multitud. "No le queda otra que redoblar la apuesta", apuntó Courel, por las implicancias que tendría dar el brazo a torcer en un momento de debilidad. En este trance, Milei sólo puede apuntar a fortalecer su núcleo duro de apoyos con actos como el de este sábado. Lo necesita con urgencia. Un sondeo de Zubán Córdoba y Asociados mostró cómo el Presidente fue perdiendo el respaldo de sus adherentes más convencidos: de mayo a septiembre quienes dicen aprobar totalmente su gestión descendieron del 38,2 al 20,3%. Cada vez son más los que tienen dudas.
"De acá para adelante sólo vamos a tener buenas noticias", les aseguró Milei a sus simpatizantes. Ellos cerraron con el habitual "la casta tiene miedo" pero, por lo que se percibió, los miedos ahora están repartidos. Lo mismo que la casta política y sus prácticas tradicionales, muy visibles por Parque Lezama y sus alrededores.