Sin definiciones en cuanto a las designaciones y a las políticas. Esos fueron los motivos que expuso Amílcar López para renunciar a la dirección de la Autoridad de Cuenca Matanza Riachuelo (Acumar) tras dos meses y medio de gestión.
El organismo, que cuenta con 1000 empleados, todavía tiene funcionarios de la gestión anterior que aún siguen en sus puestos y oficinas ya que son los únicos que tienen las firmas necesarias para poder trabajar todos los días. Además, aún debe decidir antes de fin de mes la continuidad de varios convenios con universidades y con entes que permitan seguir el trabajo que se realiza, por ejemplo, en la limpieza de márgenes.
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"Hoy estoy presentando la renuncia. Se necesitan decisiones rápidas. Desde 2010 estoy en Acumar y conozco el trabajo (era uno de los representantes de la Ciudad). Sé lo que hay que hacer, pero no puedo seguir adelante si no hay definiciones respecto de las personas y de las políticas", confirmó López a La Nación.
El saneamiento del Riachuelo fue ordenado por la Corte Suprema de Justicia de la Nación en julio de 2008. En aquella sentencia se ordenó que el Defensor del Pueblo y varias ONG conformaran un Cuerpo Colegiado que debe velar por el cumplimiento del fallo. Una de ellas, la Fundación Ambiente y Recursos Naturales (FARN), presentará mañana un pedido de informes sobre la actividad del Consejo Directivo de la Acumar y por la falta de actas y de transparencia en la gestión.