Sin duda alguna, es difícil que el bolsillo se recupere luego de atravesar un año donde el incremento de precios llegó hasta el 47,6% en 2018, cifra récord en los últimos 27 años, y cuando el acumulado de inflación durante los últimos tres años de la gestión Cambiemos fue de casi 190%, algo irrisorio. ¿Cómo se sobrevive en un país dónde los precios están descontrolados?
En primer término, pensemos un ejemplo vinculado al transporte. Un trabajador que viene a la Ciudad de Buenos Aires realiza una combinación diaria de colectivo, tren, colectivo durante cinco días a la semana (en muchos casos seis).
El costo total en un día es de $ 68,50 en un día, de $ 342,50 en una semana y $ 1.370 en un mes. El dato se construye en base a que se cumpla todos los días con los descuentos de la Red Sube, que aplica una rebaja del 50% para el segundo boleto y del 75% para el tercero en el lapso de dos horas.
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Sin embargo, es sabido que el retraso y el mal funcionamiento del transporte público suelen extender el tiempo de viaje de los usuarios, por lo que la abrumadora cifra podría ser aún mayor.
Si se compara el mismo cálculo de la misma combinación con 2015, hace tres años se abonaba por mes sólo $ 200 por mes. Es decir que en este caso, el costo de traslado para un trabajador promedio aumentó 685% desde la llegada de Mauricio Macri a la presidencia.
COMER ES CADA VEZ MÁS DIFÍCIL
Entre otras grandes deficiencias, el estrepitoso fracaso del plan económico de Macri hizo que se dispara el valor de una cuestión esencial: la comida. La canasta básica de alimentos de Argentina es la segunda más cara de la región, sólo detrás de Perú.
El sólo análisis de los precios actuales refleja el brutal impacto de la megadevaluación del 2018 y la fluctuación del dólar en las últimas semanas. Por ejemplo, en febrero, el rubro alimentos y bebidas se disparó un 5,7%.
Estos son los costos de algunos de los productos más consumidos: kg pan francés $ 76,49, kg harina $ 31,28, kg arroz $ 40, 60, fideos tipo guisero $ 43,21, aceite de girasol litro y medio $ 97,98, leche de litro 4 36, 25, docena huevos $ 64,90 y azúcar $ 30,14. Mejor ni hablar de la carne.
Solamente de enero a febrero, el asado subió 12,3% ($ 209, 92), el kilo de carne picada 11,4% ($ 126,42), la paleta 14,5% ($ 213,24), el cuadril un 15,6% ($ 261), la nalga 15,0% ($ 267,67) y el pollo entero 8,7% ($ 72,08). Las estadísticas surgen a partir de un informe del Instituto de Promoción de la Carne Vacuna Argentina.
En fin, todo sube y la tónica ha sido la misma desde hace tres años y tres meses. A pesar de las (falsas) promesas, la inflación acumulada fue del 188,2% y las proyecciones para 2019 indican que los precios ascenderán entre un 30 y un 35%.