En medio de un amplio despliegue de seguridad, el Supremo Tribunal Federal debate hace horas la situación judicial del ex presidente Luiz Inácio Lula da Silva, quien está a un paso de ir a presión ya que 5 jueces votaron en contra y 1 a favor, de 11 magistrados.
Hasta el momento votaron cinco jueces: Edson Fachin, Alexandre de Moraes, Luís Roberto Barroso, Rosa Weber y Luiz Fux, en contra de Lula; y Gilmar Mendes, a favor.
En la causa penal referida al "habeas corpus", una de las siete en que responde ante los tribunales, Lula fue hallado culpable de haberse beneficiado de las corruptelas en la estatal Petrobras mediante la cesión de un apartamento en un balneario paulista.
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En primera instancia, Lula fue condenado a nueve años de cárcel, que fueron ampliados a doce en la segunda instancia. En tanto, la defensa de Lula negó todos los cargos y afirmó que su cliente es víctima de una "persecución política" que intenta impedir que vuelva al poder.
El juez Frachin fue el primero de los once jueces del Supremo que tomó la palabra en una audiencia y remarcó la constitucionalidad de que una pena comience a ser ejecutada una vez que se ratifique en segunda instancia, lo que es el caso del ex mandatario, por lo que recomendó que el "habeas corpus" sea negado.
El juez Gilmar Mendes, en cambio, respaldó al ex presidente y argumentó que al deliberar sobre la prisión tras condenas en segunda instancia, el STF decidió que la medida era "posible" y no de adopción automática. Para el magistrado, Lula deberá cumplir su pena sólo después de un fallo en su contra en todas las apelaciones posibles.
Acto seguido, el tercero en votar fue Alexandre de Moraes, quien replicó la decisión del STJ se basó íntegramente en la actual jurisprudencia que es: "la posibilidad de prisión después de la condena en segunda instancia resultó en efectiva lucha contra la corrupción".
En tanto, Luís Roberto Barroso, que votó en contra del habeas cortpus, recordó los efectos fatales que la desviación de recursos públicos por corruptos causa a la población, como las muertes en filas de hospitales y carreteras mal conservadas.
Mientras que la jueza Rosa Weber rechazó el habeas corpus al escudarse en la actual jurisprudencia que permite la ejecución de la pena tras la confirmación de la condena en segundo grado.
La sesión comenzó bajo estrictas medidas de seguridad, frente a la posibilidad de que tanto partidarios como adversarios de Lula se manifiesten en las calles de Brasilia, que en esta jornada tienen un refuerzo de 4.000 policías.