Ecuador va a balotaje: Noboa apostó por la polarización extrema y el correismo salió fortalecido

Habían 16 candidatos, pero el oficialismo jugó todo a polarizar con la fuerza del ex presidente Rafael Correa, y adelantar la grieta que se activa en la segunda vuelta. No le funcionó y ahora la oposición se ilusiona de recuperar el poder tras ocho años.

10 de febrero, 2025 | 01.55

Tras apenas un año y medio, los ecuatorianos volvieron el domingo a las urnas para elegir presidente y Asamblea Nacional, entre otros cargos. Podía haber habido fatiga electoral o un crecimiento del abstencionismo dado el creciente malestar social y la dramática crisis que vive el país sudamericano; sin embargo, la participación fue del 83%, tres puntos porcentuales más que en la primera vuelta de 2023 y el correismo, que en los tres últimos comicios presidenciales no había podido perforar el 40% en primera vuelta, consiguió 43,83% de los votos (con el 92% escrutado) y se garantizó un balotaje en abril próximo.

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La candidata opositora Luisa González salió a festejar cuando el escrutinio aún avanzaba y su discurso fue el de quien se siente ganadora. "El odio que nos han sembrado para tenernos divididos, polarizados...¿qué nos ha dado ese odio? Nos ha dado falta de empleo, falta de crédito, falta de medicamentos. El pueblo ecuatoriano sabe que lo podemos cambiar", sentenció la dirigenta de la Revolución Ciudadana (RC). Reiteró los ejes de su campaña: seguridad, bienestar social y crecimiento económico.

El presidente Daniel Noboa dejó a sus simpatizantes esperando el domingo a la noche, en el norte de Quito, y nunca salió a hablar. Después de todo, su estrategia electoral había fracasado. El mandatario, que inclinó la cancha todo lo que pudo en esta campaña, obtuvo 44,31% de los votos, con el 92% escrutado. Quedaron 6,28% de las actas observadas y más de un 1% por contar en el escrutinio definitivo, por lo que el resultado definitivo de la primera vuelta está aún por verse. Y en el medio de la incertidumbre, el ex candidato presidencial correista Andres Arauz denunció que cerca de las 3.30 de la madrugada "el CNE (Consejo Nacional Electoral) acaba de borrar todos los archivos de imágenes y datos en el servidor Azure dispuesto para todas las organizaciones políticas. Los datos e imágenes han sido reemplazados por nuevos archivos". "Pedimos a las demás organizaciones políticas que verifiquen inmediatamente sus logs y la integridad de la nueva información", tuiteó.

Más allá del resultado fino, Noboa apostó y perdió

El presidente había apostado a adelantar la grieta correismo-anticorreismo y ponerla en juego en la primera vuelta, en vez del balotaje, como sucedió en 2021 y 2023. Se garantizó que Jan Topić, el candidato que había salido cuarto hace dos años con más del 14% de los votos no pudiera competir esta vez. Los ecuatorianos pudieron elegir el domingo entre 16 candidatos, pero 12 de ellos no superaron el 1%. Sólo otros dos se destacaron: el indigenista Leonidas Iza con más del 5% y Andrea González, la empresaria y ambientalista que fue compañera de fórmula de Fernando Villavicencio, el candidato presidencial asesinado en plena campaña electoral en 2023, con menos del 3%. 

"El gran derrotado de la jornada fue el relato oficialista de que se ganaba en primera vuelta y con una diferencia importante. El Gobierno apostó durísimo por crear ese escenario. Además de la millonaria y super desigual campaña que existió por parte de Noboa -con recursos públicos y privados de él-, también quebró la ley al no pedir licencia y al nombrar a dedo a su vicepresidenta. Creó un escenario político para resolver, como sea, estas elecciones y no pudo", explicó a El Destape Franklin Ramírez, profesor investigador del programa de Sociología Política de Flacso Ecuador.

Para Ramirez, la estrategia del presidente cambió el escenario electoral que se venía viendo en Ecuador desde el fin de los gobiernos de Rafael Correa: "Hay una suerte de repolarización del sistema político y es producto de la apuesta que hizo Noboa. Un Noboa que en 2023 entró a la campaña con un discurso de 'Yo no soy anti nada', pero rápidamente agarró todas las banderas del anticorreismo, golpeó a todos sus adversarios que le podían competir en esa franja, absorbió el anticorreismo y radicalizó esa frontera aún más de lo que había hecho (Lenin) Moreno y (Guillermo) Lasso. Eso le devolvió más centralidad a Revolución Ciudadana. El correismo volvió a tener una votación de más del 40%, lo que no sucedía desde la elección de Correa en 2013. Se trata de una votación potente, especialmente dado todos los problemas del movimiento y con la dirigencia en el exilio."

Esta repolarización cambia también la perspectiva de cara al balotaje. En la primera vuelta de 2021, entre el candidato de derecha (y posterior presidente) Lasso y el correista Arauz no llegaban a sumar 60% de los votos y lo mismo sucedió con Noboa y González en 2023. Ahora, rondan el 90% de los votos. "Lo que queda por distribuirse para la segunda vuelta es muy poquito", agregó Ramírez.

El balotaje: 13 de abril

Faltan más de dos meses para la segunda vuelta. Está claro que los votos del tercer candidato, Leonidas Iza, serán claves. La misma candidata de RC lo dejó claro en su discurso del domingo a la noche. "Saludo a los otros candidatos que sacaron una votación importante como Leonidas Iza", aseguró y, pocos minutos después, tras destacar el alto costo humano de las políticas neoliberales de los últimos ocho años, extendió la primera rama de olivo de esta segunda parte de la campaña: "Llamo a construir una agenda de unidad."

El movimiento indígena y su brazo político, el Movimiento Pachakutik de Iza, tienen una historia rocosa con el correismo. Fueron aliados y luego férreos rivales durante los gobiernos de Correa. La incapacidad de aliarse frente a los sucesivos gobiernos de derecha de los últimos años explicó en parte las derrotas de RC en los balotajes de 2021 y 2023. Pero Ramírez cree que "las posibilidades de una alianza o un acuerdo son mayores ahora". "Hubo unas negociaciones, unas mesas de las izquierdas, encabezadas por RC y Pachacutik, por Arauz e Iza, y se llegó a una unidad programática y un pacto de no agresión. En esta campaña, las izquierdas no se golpearon, no cayeron en el juego del anticorreismo. Es cierto que no se alcanzó un acuerdo electoral, pero quizás sí se cerró un ciclo de confrontación permanente. Las chances de una alianza ahora dependerán de cómo avancen esas negociaciones", explicó el analista.

Además, destacó, el escenario que se abre para abril no es el ideal para el gobierno de Noboa. "Un contexto de recesión económica, de aumento de la violencia y de posibles apagones -en algunas ciudades ya volvieron- no me parece que es el más favorable para el Gobierno. Por eso apostaron tan fuerte a un triunfo en primera vuelta", explicó. A la galopante crisis económica, se suma que enero fue el mes más violento registrado en Ecuador con 731 asesinatos -en 2023, el año más sangriento de la historia del país, en enero se registraron 529 homicidios- y que el Consejo Consultivo de Ingenieros ya alertó que en abril -es decir, en el mes del balotaje- podrían volver los cortes de luz masivos en todo el país. El grupo de profesionales lanzó esta advertencia apenas cuatro días después de que Noboa diera por terminada la crisis energética el mes pasado. "No habrá ningún problema", prometió.

Y, por último, se abre un escenario legal incierto. "Hay varias medidas de instituciones que se van a jugar en estos meses, por ejemplo la sentencia de la Corte Constitucional que le dijo a Noboa que no puede nombrar a dedo a su vicepresidenta. Eso significa que como candidato ahora sí tendrá que pedir licencia y tendrá que posicionarse Verónica Noboa," adelantó, en referencia a la pelea que el mandatario mantiene con su compañera de fórmula de 2023 desde el primer día de su gobierno. La corrió del cargo, la exilió con un cargo ficticio en Israel y luego no le permitió asumir el Poder Ejecutivo cuando él intentó pedir licencia como establece la ley para ser candidato. 

"También hay varias denuncias contra Noboa por uso de recursos públicos en esta campaña. Creo que muchas instituciones estaban esperando a ver qué decía el pueblo para echar a andar estos procesos y, con este resultado tan ajustado, estas instituciones van a estar más exigidas para dar respuesta", concluyó Ramírez. 

Una victoria democrática: una votación normal

Una votación normal suele ser sinónimo de una no noticia en las coberturas de elecciones. Sin embargo, en el caso de Ecuador, un país en el que el presidente-candidato militarizó las calles -y algunos de sus detractores dicen también la política-, la tasa de homicidios sigue siendo una de las más altas de la región, los candidatos deben hacer campaña con chalecos antibalas y rodeados de fuerzas vestidas y armadas como para un conflicto bélico, y la oposición denuncia que la democracia está en peligro por la connivencia entre el Poder Ejecutivo, el Judicial y el económico concentrado, el buen funcionamiento de la jornada electoral es un dato que vale destacar.

"Fue una elección tranquila, aunque hasta el inicio de la votación hubo una serie de anomalías denunciadas por las distintas fuerzas, vinculadas por ejemplo a la situación de la Vicepresidenta y la imposición a varios candidatos para que no se presenten para fomentar la polarización", explicó a este portal Gabriel Fuks, veedor argentino y miembro de la misión de observadores del Parlasur que acompañó los comicios en el país andino. Además, relató que "por lejos", RC fue la fuerza que más fiscales desplegó en todo el territorio -más de 43.000- mientras que el resto de los partidos, incluido el oficialismo, no tuvo presencia en todos los centros de votación.