El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, pidió hoy al Congreso que actúe para reducir la violencia armada, mientras la Cámara de Representantes debate un nuevo proyecto de ley destinado a endurecer el control sobre la venta y la portación de armas tras la conmoción causada por tiroteos masivos recientes que dejaron decenas de muertos.
Esa iniciativa “haría un progreso significativo para cumplir con ese llamado a la acción”, dijo la Casa Blanca en un comunicado en el que remarcó que “el Congreso debe dar ahora el siguiente paso para promover aun más la seguridad de las armas”, según la agencia de noticias Europa Press.
Paralelamente, Biden afirmó en Twitter que “en 1994, el Congreso aprobó una prohibición bipartidista de armas de asalto” en la que “se incluyeron nueve categorías de armas semiautomáticas”.
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“En los 10 años que fue ley, los tiroteos masivos descendieron; después de que los republicanos dejaran que la ley expirara en 2004, los tiroteos masivos se triplicaron”, subrayó el mandatario.
El viernes pasado, al defender la iniciativa actual, Biden sostuvo que “no se trata de arrebatarle los derechos a nadie” sino de “proteger a los niños, a las familias y a comunidades enteras”.
“Se trata de proteger nuestra libertad para ir a la escuela, a una tienda de comestibles, a una iglesia”, remarcó.
El proyecto impulsado por la Casa Blanca, llamado “Ley para la protección de nuestros hijos”, contempla medidas tales como aumentar la edad mínima requerida para la compra de rifles semiautomáticos de 18 a 21 años.
El parlamento del estado Nueva York sancionó ayer una medida similar.
También propone prohibir la importación, la venta, la fabricación, la transferencia y la posesión de dispositivos de alimentación de municiones de gran capacidad, así como establecer nuevos tipos de delitos por tráfico de armas y compraventa fraudulenta.
Asimismo, postula cambiar la definición de “arma fantasma”, que define a aquellas que pueden construirse usando piezas e instrucciones que pueden comprarse a través de internet.
De aprobarse, la iniciativa convertiría el tráfico de armas de fuego en un delito federal distinto, “brindando a los fiscales las herramientas que necesitan para responsabilizar a las personas responsables del flujo de armas de fuego a manos de los delincuentes”.
Pero aun cuando el proyecto sea aprobado por la Cámara de Representantes, que tiene mayoría demócrata, probablemente encuentre un escollo en el Senado, donde las bancas están divididas en mitades exactas entre el oficialismo y el Partido Repúblicano, tradicionalmente renuente a aumentar el control sobre las armas.
Con información de Télam
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