La maratónica cumbre de biodiversidad de la ONU (COP 15) terminó con un acuerdo histórico al que suscribieron 196 países, incluido China, para la protección del 30% de la superficie del planeta. Se espera que el compromiso alcanzado revierta décadas de destrucción ambiental.
Las delegaciones se comprometieron a garantizar para 2030 un incremento sustancial del uso de prácticas respetuosas con el medio ambiente en zonas dedicadas a la agricultura, la acuicultura, la pesca y la silvicultura. Se destinarán también 30.000 millones de dólares en ayuda anual para los esfuerzos de conservación de los países en desarrollo.
Cuatro años después del último acuerdo y tras casi dos semanas de intensas y difíciles negociaciones, los miembros del Convenio sobre la Diversidad Biológica aprobaron un marco de acción propuesto por China, el país que preside la cita, con la única oposición de la República Democrática del Congo.
El Acuerdo de Kunming-Montreal es una hoja de ruta que apunta a proteger las tierras y los océanos y evitar la extinción masiva de especies por la contaminación acelerada. "Juntos hemos dado un paso histórico", dijo Steven Guilbeault, el ministro de Medio Ambiente de Canadá, país coanfitrión de la cumbre.
La creación de áreas protegidas en al menos el 30% de las tierras y las aguas del planeta, el más conocido de los 23 objetivos alcanzados, recuerda el histórico acuerdo alcanzado en 2015 para limitar el calentamiento global a 1,5 °C. En la actualidad, 17% de la tierra y 8% de los mares están protegidos.
El proyecto menciona además el resguardo de los pueblos indígenas, guardianes del 80% de la biodiversidad de la Tierra, una demanda ampliamente reclamada por representantes de estas comunidades en la cumbre.
En cuanto al financiamiento, el asunto más áspero durante estos días, el texto aprobado propone alcanzar "al menos 20.000 millones de dólares" en ayuda internacional anual para la biodiversidad para 2025 y "al menos 30.000 millones para 2030". El pacto anterior de una década, suscrito en Japón en 2010, no logró casi ninguno de sus objetivos, en especial por la falta de mecanismos de aplicación y monitoreo. Fueron precisamente las conversaciones sobre los fondos disponibles las que llevaron las tensiones a su punto máximo durante todo el encuentro internacional.
Hasta el último minuto, representantes de China seguían tratando de convencer a los últimos países que se mantenían reacios a aceptar la oferta financiera del texto preliminar, en especial varios Estados africanos. Con Brasil a la cabeza, decenas de países del Sur pedían a los del Norte, a los que acusan de haberse enriquecido a costa de sus recursos, que se comprometieran con 100.000 millones de dólares al año para conservación.
Además de los subsidios, los países en vías de desarrollo también trataron de lograr la creación de un fondo global dedicado a la biodiversidad como el aprobado en noviembre en Egipto para ayudarlos a hacer frente a los daños climáticos. En su lugar, China estableció como compromiso consagrar a la biodiversidad a partir de 2023 parte del actual Fondo para el Medio Ambiente Mundial (FMAM), cuyo funcionamiento actual es considerado muy deficiente por los países del Sur.
Prevenir la llegada de especies exóticas invasoras e impedir su establecimiento en las distintas zonas geográficas es otro de los puntos del acuerdo, que recoge también reducir a la mitad el desperdicio alimentario y rebajar significativamente el consumo excesivo y la generación de residuos. En efecto, los científicos advierten que el tiempo apremia: el 75% de los ecosistemas están alterados por la actividad humana y más de un millón de especies están en peligro de extinción.
Las organizaciones ambientalistas presentes en la cumbre celebraron el histórico acuerdo y explicaron el impacto inmediato que tendrá para la conservación de la biodiversidad. "Los alces, las tortugas marinas, los loros, los rinocerontes, los helechos raros se encuentran entre el millón de especies cuyas perspectivas futuras mejorarán significativamente" gracias a este pacto, destacó Brian O'Donnell, de la ONG Campaign for Nature. Este texto es "un importante paso adelante en la lucha por proteger la vida en la Tierra, pero no será suficiente", sumó también Bert Wander, de la ONG Avaaz.
Con información de Télam