El Kremlin dijo el miércoles que el gobierno del expresidente estadounidense Donald Trump envió tests para el COVID-19 a Rusia, pero negó las versiones que indican que ha hablado con el presidente Vladimir Putin desde que dejó el cargo.
En su libro "Guerra", el periodista estadounidense Bob Woodward citó a un asesor anónimo de Trump que indicó que el exmandatario podría haber hablado hasta siete veces con Putin desde que abandonó la Casa Blanca en 2021, según el resumen del libro publicado por The Washington Post.
En él se detalla un incidente en el que Trump ordenó a un ayudante salir de su despacho en su residencia de Florida en Mar-a-Lago a principios de 2024 para poder mantener una llamada telefónica privada con Putin.
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"En cuanto a las llamadas, eso es mentira", dijo a Reuters el portavoz del Kremlin, Dmitry Peskov. "No hubo llamadas y no mantuvieron llamadas telefónicas después de que Trump dejó de ser presidente".
También según el libro de Woodward, cuando Trump aún era presidente en 2020 envió tests para el COVID a Putin en un momento en que había una agobiante escasez en Estados Unidos y en todo el mundo.
"En cuanto a los tests, cuando comenzó la pandemia, los países no tenían suficientes equipos. Y muchos países intercambiaron entonces esos gestos de apoyo y se enviaron mutuamente cargamentos de diversos equipos que tenían", comentó Peskov.
En abril de 2020, el gobierno de Trump aceptó 60 toneladas de equipos médicos de Rusia.
"Enviamos un lote de dispositivos de respiración artificial, y varios dispositivos de prueba llegaron de Estados Unidos", dijo Peskov. "Los primeros funcionaron muy mal. Era una práctica habitual en aquella época intercambiar este tipo de apoyo".
(Reporte adicional de Susan Heavey en Washington; editado en español por Carlos Serrano)