"(upa!) una pandemia argentina", de la triada compuesta por Tamae Garateguy, Santiago Giralt y Camila Toker, se proyectará el 3 de marzo en la Casa del Bicentenario a las 20, con entrada libre y gratuita.
La película narra los escollos que los directores tienen para poder hacer cine en Argentina y, como se presagia desde el título, esta tercera entrega de la saga creada hace 15 años es un asterisco debido a las restricciones por la pandemia.
"Estábamos en plena preproducción de la tercera parte de la saga y habíamos decidido que nuestros personajes viajaran a Los Ángeles para buscar financiación. Pero sobrevino la pandemia y no pudimos viajar. Después de algunas semanas en shock nos pareció que no había nada más 'upa' que estos personajes quedaran trabados por una pandemia", dijo a Télam Garateguy cuando estrenó la cinta en el Bafici 2021.
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Se trata de una divertida historia en la que de imaginar codearse con lo más exclusivo del jetset hollywoodense pasan a estar encerrados en sus casas, viendo cómo llegar a fin de mes y conseguir algo de dinero para una superproducción tan delirante como interesante, llegando a casi ponerse de rodillas para que actores como Juan Minujín o productores como Axel Kutchevasky les presten atención.
Así como existe ese género llamado "documental urgente", "(upa!)..." puede inaugurar la "ficción urgente", pudiendo ser -apelando a un sarcástico humor- una reducción irónica de la industria del cine, en donde el arte, la creatividad, los sueños y los anhelos se entrecruzan con el caretaje, la superficial explotación de la coyuntura y la parte mercantilista que tiene toda industria.
"El lado A de la peli se hizo en base a colaboraciones de actores y colegas a través de la herramienta de las sesiones de Zoom. Esta primera instancia nos permitía ejercitar el aislamiento como forma de producción, la distancia total del otre. El lado B fue la experiencia opuesta: nos encerramos en burbuja por unos días y grabamos esa convivencia", comentó Giralt.
De tan "urgente" se trata "(upa")..." que el Lado A lo terminaron cuando encontraron el arco de la historia, mientras que el B "se fue cerrando para entregar al Bafici y fue tan abierto que entró material en el corte final hasta el último día", indicó Toker.
Con información de Télam
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