En el medio de la crisis energética global, MaryKay Carlson, la encargada de Negocios de la Embajada de los Estados Unidos de América en Buenos Aires, visitó en el lunes Y-TEC, la empresa de tecnología emplazada en Berisso creada en 2013 por YPF y CONICET. La misión de esta compañía consiste en brindar soluciones tecnológicas y formar especialistas para el desarrollo de la industria de la región.
La visita se produjo tras el encuentro del presidente de YPF, Pablo González, en la embajada estadounidense el mes pasado. Forma parte de las reuniones del titular de la compañía con la diplomática, en las que se llevan adelante conversaciones sobre oportunidades para proyectos en colaboración entre ambos países.
La funcionaria de la embajada de EEUU, fue recibida por González, el CEO de la compañía, Sergio Affronti y el gerente general de Y-TEC, Santiago Sacerdote. Con ellos recorrió el edificio, que cuenta con 47 laboratorios y 12 plantas y donde construye el futuro de una empresa que busca ser vanguardia en investigación aplicada a la transición y el cambio de la matriz: las energías renovables, el litio, el hidrógeno y hasta la provisión de servicios a otras firmas.
Crisis energética mundial
Los precios del gas y del carbón comenzaron a subir ante la escasez y la alta demanda del mundo, sobre todo de China. Existen pronósticos de que este incremento se traslade a otros sectores, como la electricidad y el petróleo. De hecho el Bank of America (BofA) pronosticó que el precio del barril de petróleo podría superar los u$s 100 por primera vez desde 2014, y desatar una nueva ola inflacionaria global.
Paro esto, debería subir el consumo de petróleo en reemplazo del gas, haber una alta demanda por el invierno boreal y mayor consumo de aerolíneas por la reapertura de fronteras. Se trata de tres elementos que podrían ocurrir en simultáneo, y eso empeorar el escenario internacional.
En estos momentos, la crisis energética afecta al continente europeo y golpea con mayor fuerza en el Reino Unido. Allí, los precios del gas y la electricidad baten récords, lo que podría agravar también el desabastecimiento de alimentos, que ya afecta al territorio británico tras la pandemia y el Brexit.
A medida que el Reino Unido se adentra en los meses más fríos del año, la escasez aumenta como consecuencia de una caída en las reservas de gas que provienen de Rusia y un aumento en los costos del carbono en la Unión Europea (UE). Esta situación se agravó además por el incendio de un importante cable de alimentación que trae electricidad desde Francia y está funcionando a la mitad de su capacidad. Inglaterra es un importador neto de energía y Francia es su mayor proveedor a través de conectores que atraviesan el Canal de la Mancha. Cabe destacar que la mitad de la electricidad del Reino Unido se genera en centrales eléctricas de gas.
Por otro lado, el país tiene varias plataformas en el Mar del Norte que están momentáneamente cerradas para realizar el mantenimiento que se detuvo durante la pandemia. También tuvo uno de los veranos menos ventosos desde 1961, por lo que la energía eólica ha sido escasa y los expertos temen que la situación empeore con la llegada de las temperaturas más frías.