El presidente Javier Milei redobló la apuesta sobre el tipo de cambio que favorece a la economía argentina y después de admitir el retraso del dólar aseguró que el peso continuará su proceso de apreciación y repitió el valor de 600 pesos por dólar que considera de equilibrio, salvo que todos los cálculos están basados en supuestos que no se vienen cumpliendo por el atraso en el desarrollo de las obras de infraestructura por la falta de inversión pública y la desconfianza del sector privado.
“Si se considera la convertibilidad, el tipo de cambio real cae”, admitió Milei hace unos días en una columna de opinión donde también cometió errores conceptuales sobre el impacto de la caída del gasto público sobre el tipo de cambio que, correctamente explicados, también reflejan una apreciación del tipo de cambio.
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La explicación del presidente Milei, tanto en la columna como en diversas entrevistas que brindó en estos días, intenta recuperar la confianza de los mercados que perciben el fin de la bicicleta financiera y el dólar barato tanto si se llega a un acuerdo con el Fondo Monetario Internacional, por la imposición, o si no se alcanza, por la falta de disponibilidad de divisas.
En el razonamiento central, al que adhirió el banco de inversión JP Morgan en un informe que funcionarios oficiales se encargaron de difundir, es que el saldo comercial de los próximos años garantiza una disponibilidad de divisas que duplican las necesidades para afrontar los servicios (pago de intereses) de la deuda pública. Según Milei en la columna de opinión, “si uno mira los proyectos en petróleo, gas, litio, cobre y en el sector agropecuario, debería resultar que, ante semejante oleada de dólares, el país debería ir camino a una moneda mucho más apreciada”.
En las entrevistas de este lunes, agregó información. Dijo que tienen US$5.000 millones que compraron el año pasado por encima de la regla de emisión cero, más estimó un monto similar que adelantarán los exportadores de cereales durante la baja de retenciones y otros US$10.000 millones de un acuerdo con el FMI.
“Quiere decir que tenemos una pared de US$20.000 millones para enfrentar lo que el mercado quiera”, afirmó y aseguró que también están retirando pesos de circulación (“nosotros podemos quitar el 72% de los pesos que están en la calle”, dijo) con lo que no habría posibilidad de una disparada de la divisa. “No sé cómo van a hacer para subir el dólar, el dólar se tiene que caer como un piano”, concluyó el Presidente.
Números demasiado optimistas
Los números de Milei y los que elaboró el JP Morgan sobreestiman el saldo comercial que tendrá Argentina tanto este año como los siguientes, ya que consideraban la realización de obras de infraestructura como el oleoducto para exportar el petróleo de Vaca Muerta, la ampliación de la capacidad de transporte del Gasoducto Néstor Kirchner (rebautizado por esta administración como Perito Moreno), la conclusión de las obras de reversión del gasoducto del Norte para exportar gas a Brasil o la construcción de la planta de licuefacción para la exportación de Gas Natural Licuado, proyecto del que se bajó la gigante Petronas por la decisión de YPF de no respetar la ubicación en la provincia de Buenos Aires.
El informe de JP Morgan resaltó que la Argentina podría obtener un superávit de balanza comercial de US$37.000 millones para 2030 en un escenario conservador y de US$55.000 millones en una proyección optimista. El saldo previsto implicaría casi duplicar o triplicar, respectivamente, los US$18.900 millones registrados en 2024 en el saldo del comercio exterior de bienes.
MÁS INFO
El Banco Central de la República Argentina elaboró en 2023 un informe sobre la evolución esperada de la balanza comercial, en un ejercicio que mostraba el saldo creciente producto de la maduración de los proyectos de inversión en petróleo y minería y de la industria manufacturera, además del impacto de la salida de la sequía histórica que ese año castigó a la producción de granos. Sin embargo, el año pasado ya las exportaciones estuvieron por debajo de las estimadas y el saldo comercial récord de US$18.900 millones fue posible por la caída de la actividad que retrajo las importaciones.
Las exportaciones totales de bienes de Argentina quedaron abajo de los US$80.000 millones cuando se esperaban US$90.000 millones en 2024 una cifra que tampoco se alcanzará este año y que recién se espera para 2026 o 2027 si finalmente se construyen los ductos para exportar petróleo o la planta para licuefacción. La única posibilidad de alcanzar los saldos comerciales que espera el presidente Milei o el JP Morgan estarán en que se sostenga la recesión económica que limite las necesidades de importación, pero con el dólar atrasado lo que se ahorre en insumos se gastará en bienes finales (se dispararon las compras en el exterior en el último trimestre del año pasado) o por el drenaje del turismo emisivo.
El mercado está percibiendo que no calzan los tiempos entre las necesidades actuales de dólares y la que aportará en un lustro, con suerte, el saldo comercial de bienes y, mientras, se lleva los dólares baratos que garantiza el BCRA en los mercados financieros. Y si ponen US$ 20.000 millones, también se los llevarán, después de todo es menos que los US$23.000 millones que se llevaron en 2017 (entre Formación de Activos Externos, o fuga de capitales, y el turismo), el mejor año de la gestión de Mauricio Macri en términos de estabilidad económica y logros electorales.