El espíritu de compañerismo y la actitud de no rendirse que ha llevado a Australia a los octavos de final del Mundial se forjó en un largo y sinuoso viaje por la fase de clasificación, en el que a menudo se dudó del equipo, pero en el que siempre se mantuvo la vista puesta en el objetivo.
La unidad y el espíritu de lucha de Australia quedaron muy patentes en las victorias sobre Túnez y Dinamarca, que han permitido a los "socceroos" ganar por primera vez dos partidos de forma consecutiva en un Mundial y citarse con Argentina en octavos de final.
Los "socceroos" disputaron 20 partidos en su campaña de clasificación, con los centros de bioseguridad y los confinamientos agravando las largas distancias que siempre tienen que recorrer los equipos australianos.
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El resultado, dijo el seleccionador Graham Arnold antes del partido contra Dinamarca, fue un equipo que se conoce muy bien entre sí y que sabe lo que se le exige.
"Lo que hemos pasado en los últimos cuatro años y medio, hemos atravesado algunos períodos difíciles, obviamente, por la pandemia, y sólo hemos jugado cuatro partidos de 20 en casa", dijo el DT. "Los chicos saben lo que tienen que hacer, saben cuáles son mis expectativas".
Tras la victoria ante Dinamarca, Arnold dijo que también había aprendido mucho de sus jugadores.
"Probablemente éramos el último equipo que todo el mundo pensaba que clasificaría, pero esto demuestra (lo que se puede conseguir) cuando se entra en el campo y se tiene la mentalidad adecuada", dijo.
Con información de Reuters
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