Hugo Orlando Gatti falleció este domingo 20 de abril en el Hospital Pirovano de la Capital Federal, luego de estar dos meses internado por una neumonía bilateral producto de una infección intrahospitalaria que contrajo tras una operación de cadera. El exarquero de Atlanta, River Plate, Gimnasia y Esgrima de La Plata, Unión de Santa Fe y Boca Juniors dejó un enorme legado en el fútbol argentino: es el futbolista con más cantidad de partidos disputados en Primera con 765 y el que más penales atajó (26) junto con Ubaldo Fillol.
El 'Loco', apodo que se ganó por su desfachatado estilo de juego y sus ocurrencias dentro y fuera de su propia área, nació el 19 de agosto de 1944 en la localidad de Carlos Tejedor, en el noroeste de la provincia de Buenos Aires. Sus primeros pasos en el fútbol profesional fueron con la camiseta de Atlanta, club con el que debutó en 1962 en un duelo frente a Gimnasia y Esgrima de La Plata. Poco más de un año después llegó a River Plate, en donde el titular era el histórico Amadeo Carrizo, con quien alternó en varias ocasiones. En ese período también vistió la camiseta de la Selección Argentina: tuvo 18 presentaciones y fue tercer arquero en el Mundial de Inglaterra 1966.
En 1968 se convirtió en refuerzo del 'Lobo': disputó 244 encuentros hasta 1974, año en el que se fue a Unión de Santa Fe por expreso pedido del laureado director técnico Juan Carlos Lorenzo. En esa temporada encontró su mejor nivel defendiendo el arco del 'Tatengue', por lo que cuando el entrenador firmó con Boca Juniors lo pidió como primera incorporación; tras arduas negociaciones, el presidente Alberto José Armando logró destrabar su llegada.
A partir de ese momento, Gatti encontró su lugar en el mundo: estuvo 13 años en el 'Xeneize' hasta su retiro como jugador a los 44 años, otra marca histórica en el fútbol argentino. Ganó seis títulos, tres a nivel local (Metropolitano 1976, Nacional 1976 y Metropolitano 1981) y otros tres a nivel internacional, con un bicampeonato en Copa Libertadores en 1977 y 1978, sumado a la primera Copa Intercontinental en 1977 ante el Borussia Mönchengladbach.
Una de las pocas cuentas pendientes que tuvo en su carrera fue consagrarse con la 'Albiceleste', a pesar de que estuvo muy cerca de ser parte del plantel campeón del mundo en Argentina 1978; dos años antes, tuvo una actuación impecable en un amistoso frente a la Unión Soviética que terminó en victoria por 1 a 0 con gol de Mario Alberto Kempes. Sin embargo, una operación en una de sus rodillas lo marginó del corte final y, finalmente, fue Ubaldo Matildo Fillol quien ocupó el arco de aquel equipo comandado por César Luis Menotti.
Los límites del área no pudieron contener su arriesgado estilo a la hora de jugar: desde sacar laterales a cortar pases largos a varios metros de su arco, 'El Loco' fue el precursor de ciertas formas que se replicaron muchos años después en el fútbol moderno. Un día, incluso, se dio el lujo de jugar de delantero algunos minutos en un duelo amistoso en Estados Unidos durante una de las peores crisis institucionales que sufrió el 'Xeneize'. "El fútbol es alegría y yo le doy alegría a la gente", declaró en alguna ocasión.
Una de esas "travesuras" fueron el principio del fin en su trayecto como futbolista: ya con 44 años, una mala salida en la primera fecha de la temporada 1988-1989 derivó en un gol de Deportivo Armenio, que consiguió un triunfo sin precedentes en La Bombonera. El entrenador José Omar Pastoriza lo reemplazó por un joven Carlos Navarro Montoya para el próximo duelo, un Superclásico ante River que finalizó con victoria de Boca; de esta manera, casi sin saberlo, Hugo Gatti tuvo su último encuentro como jugador.
Después del retiro, el exarquero emigró a España, donde participó de varios programas deportivos con opiniones y comentarios que, en numerosas ocasiones, generaron grandes polémicas. En 2018 sufrió un episodio cardíaco y en marzo de 2020 permaneció internado por un cuadro respiratorio a causa del coronavirus. Este domingo 20 de abril de 2025, Gatti falleció en el Hospital Pirovano por una neumonía bilateral que lo mantuvo conectado a un respirador por casi dos meses; detrás suyo, dejó un legado imborrable en el fútbol argentino lleno de récords, títulos y gratos recuerdos para los hinchas que pudieron ver sus excentricidades y sus memorables actuaciones dentro de una cancha.