A la hora de hablar de nuestra música popular, siempre aparece la misma duda: ¿va con 'c' o con 'k'? . Para salir de este tipo de dudas, se debe recurrir a la Real Academia Española (RAE), que fija las normas del idioma español y limpia de dudas a los curiosos.
Desde la mística de una chacarera santiagueña hasta las voces eternas de Mercedes Sosa, Los Manseros o el Chaqueño Palavecino, el asado, el mate, nuestras leyendas y mitos o los carnavalitos norteños, nuestra identidad está marcada a fuego por esta tradición. El problema es que, aunque la sentimos propia, muchas veces no nos ponemos de acuerdo en cómo nombrarla correctamente
¿Cómo se escribe: folclore o folklore?
Según la RAE, la forma recomendada es "folclore" (con 'c'). Es la adaptación oficial a nuestro idioma. Eso sí: si ves escrito "folklore" con 'k' no te asustes, no es un error. La Academia permite mantener la grafía original inglesa en textos académicos o muy técnicos, pero para el día a día y en los medios, la 'c' es la que manda.
Qué hay detrás de la palabra folclore? Mucho más que música
En cuanto al significado, este término hace referencia al conjunto de tradiciones, costumbres, creencias, expresiones artísticas y saberes populares de un pueblo o una región, transmitidos de generación en generación.
Esto abarca tanto a danzas y músicas como a leyendas, fiestas y rituales que forman parte de este patrimonio cultural. En resumen, las dos maneras de escribir esta palabra son válidas, pero si la idea es ajustarse a la normativa del español y evitar dudas, “folclore” es la escritura recomendada por la RAE.
El idioma está vivo: ¿Por qué la RAE acepta dos formas de escribir lo mismo?
En español, existen algunas palabras que admiten más de una forma de escritura sin que ninguna sea incorrecta. Esto suele pasar especialmente cuando se trata de términos incorporados desde otros idiomas, llamados extranjerismos.
Cuando una palabra extranjera empieza a usarse con frecuencia, puede mantener su grafía original o adaptarse a las reglas ortográficas del español. En muchos casos, durante un tiempo conviven ambas formas hasta que una de ellas se vuelve la más recomendada por los organismos lingüísticos.
La RAE cumple un rol clave en este proceso, ya que analiza el uso real del idioma y propone formas adaptadas que resulten más coherentes con la pronunciación y la escritura del español. Sin embargo, esto no invalida automáticamente la forma original, que muchas veces se sigue usando en contextos técnicos, académicos o especializados.
Esto pasa mucho más de lo que se cree con las palabras que vienen de afuera. Por eso, que tenga dos escrituras posibles no significa que una esté mal, sino que el idioma está en constante evolución y adaptándose a nuevas influencias culturales.
