Un error de la producción, efectos especiales de dudosa calidad, tomas de acción riesgosas y estrellas de cine que se creen inmortales a los peligros que puede suponer hacer una película. Son muchos los casos de películas que casi terminan en tragedias; recopilamos seis experiencias cercanas a la muerte que se han vivido durante rodajes.
Meryl Streep - Río salvaje (1994)
El rodaje de esta película incluyó agotadoras sesiones de rafting por el río. Uno de los días en los que el equipo entero estaba agotado, el director pidió una nueva toma y Meryl le advirtió que no podía más. En la primera envestida del agua, Streep cayó de la barca y, tras el susto inicial, Kevin Bacon consiguió agarrar el brazo de la actriz. Según cuentan, tras entrar en calor, se dirigió al realizador y le comentó: "La próxima vez que te diga que no puedo hacer algo, creo que deberías creerme".
Gunnar Hansen - La matanza de Texas (1974)
Según se cuenta, el presupuesto de la inmortal obra de Hooper era tan escaso, que no tenían como para fingir una motosierra con elementos más seguros. Hansen se pasó el rodaje corriendo con el cacharro encendido, provocando más de un susto que culminaron en un resbalón en el barro con caída de espaldas del actor y la motosierra volando por los aires hasta aterrizar a pocos centímetros de su cabeza.
Sylvester Stallone - Rocky IV (1985)
En la escena en que Rocky es noqueado por Ivan Drago, Sylvester Stallone le pidió a su compañero que le golpease tan duro como pudiese, y así lo hizo. El director y protagonista mordió la lona, despertó en el hospital y permaneció ocho días en cuidados intensivos por una inflamación en el corazón.
Isla Fisher - Now You See Me (2013)
En la película hay una escena donde la actriz está encadenada dentro de un tanque de agua del que debe escapar por arte de magia. Todos pensaron que estaba actuando de maravilla pero, según cuenta la actriz, la cadena se había atascado y se estaba ahogando de verdad. Consiguió llegar a un interruptor de emergencia que alertó al especialista encargado de sacar a la intérprete de inmediato.
Margaret Hamilton - El mago de Oz (1939)
Para componer a la Malvada Bruja del Oeste Hamilton tenía que pintarse la cara de verde con un producto altamente inflamable. Esto no hubiese sido un problema si, en una de sus desapariciones entre un colorido humo, la trampilla por la que escapaba no se hubiese quedado atascada. Las chispas que hacían posible aquel efecto llegaron a su cara, entrando en contacto con aquel mejunje que tenía puesto en la cara y mandándola inmediatamente al hospital para ser tratada de quemaduras de tercer grado.
Michael J. Fox - Volver al futuro III (1990)
Para conseguir un efecto más realista al colgar de la horca, al carismático Michael J Fox se le ocurrió que lo mejor era quitar la caja que le servía de soporte. El resultado fue estupendo, de no ser porque no controló el tiempo que se necesitaba para rodar la escena y terminó perdiendo el conocimiento.