La propuesta del Gobierno porteño sobre la vuelta a clases presenciales para 6500 alumnxs (hasta el momento no identificados) de sectores vulnerables y con problemas de conectividad en sus hogares recibió fuertes críticas por parte de la comunidad educativa. Sin embargo, y dejando de lado por un rato los debates pedagógicos, es poco lo que se sabe acerca del comportamiento del virus en niñxs y adolescentes en edad escolar.
Según los informes epidemiológicos oficiales, elaborados por la Dirección de Epidemiología e Información Estratégica del Ministerio de Salud de La Nación, en nuestro país existen 61 mil casos de coronavirus en niños, niñas y adolescentes. Esta cifra representa un 9% de los casos totales.
Además, lo que se conoce hasta el momento es que hay un grupo importante de niñxs que puede cursar la enfermedad de forma asintomática, que un 0,45% ha requerido cuidado en unidades de cuidados intensivos y que la tasa de letalidad es de 0,06%, una cifra baja comparada con la tasa de letalidad de adultos que se encuentra cerca del 2,6%.
“Lo que se observa es que los niños habitualmente transitan la enfermedad de manera leve pero, tal como sucede en los adultos, los niños con enfermedades de base pueden tener una enfermedad moderada o grave y requerir atención en cuidados intensivos”, aseguró Rosa Bologna, Jefa del Servicio de Epidemiología e Infectología Hospital Garrahan.
Sin embargo, en los últimos dos meses, se definió la aparición de un cuadro denominado Sindrome Inflamatorio Multisistémico en niñxs que puede tener consecuencias muy graves y requerir de cuidados intensivos.
“Este cuadro puede darse en dos circunstancias. Mientras se está cursando la infección o a las 3 o 4 semanas después de haber tenido Coronavirus que, como en la mayoría de los chicos, puede ser asintomática y por lo tanto puede no haber sido diagnosticada”, describió Silvia Gonzalez Ayala, profesora titular de la Cátedra de Infectología de la Facultad de Ciencias Médicas de la Universidad Nacional de La Plata.
Y agregó: “Este síndrome es similar a la enfermedad de Kawasaki, que en nuestro país afecta a menores de 5 años. En cambio, estos cuadros afectan a chicos mayores: escolares, primarios o adolescentes”.
En esa línea, Bologna añadió: “El 40% de los niños que presentan el Sindrome Inflamatorio Multisistémico puede requerir cuidados intensivos. La ocurrencia de este cuadro es de 2 por cada mil niños infectados y representan un tercio del requerimiento de UTI de casos pediátricos. Por lo tanto, este es un motivo de preocupación y de alerta, considerando que la mayoría de estos niños con este sindrome no tienen enfermedad de base”.
En relación al rol de los niños en la transmisión del Coronavirus, Bologna sostuvo que todavía “no está totalmente esclarecido”. Pero dado que los niños y adolescentes pueden presentar cuadros clínicos más leves y menos sintomáticos, pueden ser una fuente de infección para los adultos.
“Hay informaciones que revelan que los niños más pequeños podrían tener cargas virales más elevadas y por lo tanto el riesgo de transmisión podría ser mayor”, señaló Bologna.
Si bien consideró que sería importante que los niños puedan volver a las escuelas, resaltó que, en los lugares con transmisión comunitaria y con un número importante de casos activos, los colegios pueden llegar a ser lugares de riesgo de transmisión hacia lxs docentes, auxiliares, personal del colegio e incluso entre los niños.
Entre los elementos a tener en cuenta en caso de llevar adelante esta iniciativa, la especialista mencionó la necesidad de tener que utilizar el transporte público para poder asistir, algo que “aumenta mucho el riesgo”, y la posibilidad de implementar bien las medidas de prevención como el distanciamiento de los bancos, la ventilación en las aulas, el uso de barbijo, el funcionamiento institucional con horarios escalonados y con grupos pequeños de alumnos y tener bien defininos los protocolos para cuando alguna persona aparezca con síntomas o con la enfermedad.
“En los últimos meses conocimos las experiencias en Israel, Hong Kong, Canada y Corea del Sur que inicialmente abrieron las escuelas y luego tuvieron que cerrarlas porque hubo un aumento de los casos”, añadió.
Algo similar plantea el científico y biólogo molecular/celular, Ernesto Resnik. En diálogo con El Destape, aseguró que está demostrado que lxs chicxs se contagian e infectan como cualquier persona y si bien se enferman en una proporción muy pequeña, “llevan una carga viral similar o incluso mayor que la de los grandes”.
“Los pocos estudios que hay son de rastreos que se realizaron en Corea del sur. De esa manera se pudo establecer que cuando aparecía un infectado en una casa y se contagiaba el resto, los chicos más chicos tenían mayor capacidad de infección que los otros”, indicó.
Resnik también se refirió a las consecuencias de haber abierto cientos de escuelas para asistir de manera presencial en varias ciudades de Estados Unidos en las últimas dos semanas. Según el CDC, la institución más prestigiosa del mundo en cuanto a enfermedades y epidemias, se registró que las escuelas que abrieron de manera presencial tienen el doble de infecciones por 100 mil chicos que las escuelas que abrieron de forma híbrida o parcial.
El CDC cuenta también con unas guías para determinar si las escuelas se encuentran en un alto, mediano, o bajo riesgo. “El número que para ellos indica un alto riesgo es si en la comunidad hay más de 200 casos por 100 mil habitantes en los últimos 14 días. Si hay más, es un caso de alta probabilidad de brotes y contagios en la escuela. Como referencia, en este momento CABA tiene 420 casos por 100 mil habitantes en los últimos 14 días. Más del doble de lo que en Estados Unidos se recomienda como altísima probabilidad de infecciones”, sintetizó Resnik
Por su parte, Gabriela Dueñas, doctora en psicología, licenciada en educación y psicopedagoga, señaló que es “preocupante” que en la sociedad se haya instalado que los chicos no padecen la enfermedad y cuestionó la propuesta por parte del Gobierno porteño de volver a clases presenciales.
“No es para todos los chicos, sino los particularmente vulnerados porque carecen de conectividad, que hoy en día es un derecho, no un privilegio. En una situación de alto nivel de contagiosidad como es el AMBA abrir de manera presencial las clases para chicos pobres, además de estigmatizante, es de una falta de cuidado y exposición total”, aseguró Dueñas.
Finalmente, se refirió a la preocupación que manifiestan algunxs adultxs acerca de la salud mental de los niños, niñas y adolescentes. “El contexto del Covid y todo lo que conlleva por supuesto que genera cierto impacto emocional. Todos esos estados de ánimo no son ideales pero se pueden trabajar. Pero además, son saludables porque están ligados con el hecho de que lxs sujetxs perciben que existe una situación objetiva peligrosa externa y ajena a uno frente a la cual no tenemos otro remedio que cambiar nuestra vida y vivir como estamos viviendo desde que comenzó la pandemia”, concluyó Dueñas.