La fiscala Paloma Ochoa, a cargo de la causa donde se investiga cómo el macrismo le puso un hotel boutique a Alejandro Vandenbroele, testigo clave contra Amado Boudou, le pidió documentación clave al Ministerio de Justicia.
Tal como informó El Destape, el juez Marcelo Martínez de Giorgi habilitó la feria judicial, aceptó a Boudou y a otros implicados como querellantes y delegó la investigación en la fiscala Ochoa.
Puntualmente, la fiscala Ochoa pidió “copia digital del Expediente N 753/2017 del Programa Nacional de Protección a Testigos e Imputados, como así también de todas aquellas actuaciones producidas y que se vinculen con la admisión, permanencia y medidas de protección adoptadas respecto de ALEJANDRO PAUL VANDERBROELE, para la incorporación a dicho programa en el marco de la causa CFP 1992/2012 y sus conexas (custodia, alojamiento, cambio de domicilio, suministro de medios económicos, asistencia, etc.)”.
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Partes de ese expediente fueron publicadas por El Destape, en la nota que reveló esta maniobra por la cual el gobierno de Mauricio Macri utilizó fondos públicos para pagarle la instalación del Hotel Boutique La Masiá a Vandenbroele.La fiscala pide ahora el expediente para analizar en detalle como fue el procedimiento.
En el legajo de Vandenbroele, al que accedió El Destape, la fiscala encontrará cosas como estas:
Primero, que para manejar el caso Vandenbroele, el director del programa Francisco Lagos designó a Carlos Linsalata, un policía porteño que migró al Ministerio de Justicia durante la gestión de Germán Garavano. Fue específicamente al Programa de Protección de Testigos para encargarse del seguimiento de los arrepentidos que interesaban a Macri y su séquito de operadores judiciales. El 12 de diciembre de 2018 Linsalata fue reemplazado por Jorge Adamowicz. En el legajo de Vandenbroele también se consigna que en la negociación para que se arrepienta participó Gustavo Kollman, defensor oficial que fue parte de la operación Fotocopias de los Cuadernos Fénix.
En el legajo también figura que el 24 de agosto de 2018 Linsalata envió una nota a sus superiores, que consta en la foja 515. Allí donde pide $1.500.000 para un proyecto laboral para Vandenbroele. Da en la nota una información clave: “Cabe destacar que el día 07 de Agosto pasado fueron condenados a prisión con cumplimiento efectivo por más de 5 años el Ex Vicepresidente de la República Argentina el Sr. Amado Boudou”.
En el folio 644 del legajo de Vandenbroele consta que el 9 de junio de 2019 el titular del programa de Protección de Testigos, Lagos, le entregó $300.000 “como anticipo destinado a la instrumentación e implementación del proyecto de inversión (…) de un desarrollo turístico, identificado como una posada bajo el nombre ‘POSADA LA MASIA’”. El contrato de locación de La Masia, sin embargo, tiene fecha del 1 de enero de 2019, seis meses antes. Fue por 2 años, hasta el 31 de diciembre de 2020. Lo firmó el propio Vandenbroele y dejó un depósito de garantía de 1.500 dólares que no se detalla de donde salieron. En el legajo consta también un pago al dueño del inmueble por $60.000 con fecha del 28 de noviembre de 2018, o sea, antes incluso de la firma del contrato. Todo el legajo de Vandenbroele tiene este tipo de contradicciones temporales, indicador de que todo se hizo de manera irregular.
Otro ítem importante en el legajo es que allí consta que la idea de poner un hotel fue del propio Vandenbroele, que le propuso al gobierno de Macri que le aportara los fondos para poder armar ese negocio para mantenerse fuera de la asignación mensual que reciben los testigos protegidos. La inversión inicial que calculó y pidió Vandenbroele fue de $1.944.000. Incluía el contrato de alquiler por un año, la compra de muebles, reformas y refacciones y el desarrollo de la página web y el sistema de reservas de las habitaciones.
En esos papeles también figura que de los $300.000 que recibió de anticipo Vandenbroele gastó todo y más. En su primera rendición quedó con un rojo de $77.514. Debe haber recibido otra tanda de $300.000, que rindió a los pocos días, esta vez habiendo gastado solo $73.865.
En el legajo consta que el 20 de enero de 2019 Vandenbroele le pagó $280.000 a la decoradora de interiores Carolina Ramal en concepto de “Mobiliario, decoración y elementos artísticos”. El 17 de febrero de le pagó otros $240.000 por el diseño, asesoría, restauración mobiliario, imagen gráfica y dirección de obra. Todo antes de recibir formalmente los fondos públicos. O Vandenbroele tenia dinero o aparte de lo que figura en los papeles recibió aún más fondos por fuera incluso del sistema ya de por sí irregular.
Según la documentación de su legajo, en agosto de 2019 Vandenbroele recibió más fondos. Le dieron $40.000 el 7 de agosto y otros $300.000 el 16. En el acta de esta última entrega consta que ya le habían dado un total de $600.000. El 9 de octubre le entregaron $200.000 más.
En la carpeta del proyecto que presentó Vandenbroele y que consta en su legajo, dice que apuntaba a clientes de alto nivel adquisitivo, con un precio promedio de ·$3.300 la habitación y que el punto de equilibro del negocio sería una ocupación de 35 habitaciones al mes. “Esto sin contar con el ingreso para quien gestiona el negocio”, aclaraba, en referencia a él mismo. “El negocio de La Masía es llevado a cabo por Alejandro Vandenbroele a su nombre”, dice el proyecto.
Todo el entramado de este caso consta en los papeles del legajo. La idea de armar este negocio surgió a finales de 2018. Vandenbroele se lo comentó por teléfono a Linsalata, su control del programa de Protección de Testigos, y luego le escribió un mail el 5 de diciembre de 2018 donde le dio más detalles. En el mail, que consta en el folio 586 de su legajo, Vandenbroele le explicaba que quería armar este emprendimiento con un matrimonio amigo (que finalmente no apareció) y que el dinero para la inversión lo aportaría su familia, aunque finalmente fue con fondos públicos. Vandenbroele se preocupaba porque esto no se tomara como un abandono de otro proyecto previo para el cuál sí le había pedido fondos al gobierno de Macri. Ese proyecto anterior era el de un “Aeroparking VIP”, un estacionamiento frente al aeropuerto de Mendoza a mitad de precio del que está dentro de la terminal. Vandenbroele pedía una inversión inicial de $6.870.000. En los documentos a los que accedió El Destape no figura si esto prosperó. El hotel boutique, por el contrario, sí.