De las 3.500.000 personas visitadas por el gobierno de la provincia de Buenos Aires, 1.265.677 fueron abordadas íntegramente por los equipos bonaerenses, llegando a 360 barrios donde lograron diagnosticar 22.564 en 363.376 mil casas. Los abordajes territoriales comenzaron en mayo y aún continúan. Bajo la premisa del gobernador Axel Kicillof que “la pandemia no terminó”, desde el Estado apuntan a seguir bajando la cantidad de casos diarios y “aplastar” la curva de contagios.
Ya se recorrieron 81 distritos de las 135 ciudades bonaerenses. El abordaje territorial fue pensado para que el Estado llegase, sobre todo, a la gente que más le cuesta acceder al sistema de salud. Los y las trabajadores del Estado llevan equipos de protección personal que incluye antiparras, overall y barbijos.
“A fines de abril cuando comenzó a hablarse de transmisión comunitaria, nos llegó un modelo de que se había empleado con éxito en otros países y que proponía salir a la caza del virus: hacer una búsqueda casa por casa de personas con síntomas en lugar de quedarnos en los hospitales esperando a la gente enferma”, detalló la directora provincial de Salud Comunitaria del ministerio de Salud bonaerense, Noelia López.
La provincia de Buenos Aires capacitó, en tiempo récord, equipos interdisciplinarios formados por médicos, médicas, enfermeras, enfermeras, promotores de salud, trabajadores y trabajadoras sociales, técnicos, epidemiólogos y terapistas ocupacionales. “Empezamos con 40 personas y hoy somos 180, esto nos permitió pasar de cinco a 15 operativos diarios en simultáneo”, indicó la funcionaria. Esta semana, por ejemplo, trabajaron en barrios de los partidos de Tres Arroyos, San Martín, San Nicolás, Avellaneda, Almirante Brown, Florencio Varela, Berazategui, Quilmes, Merlo, Hurlingham, General Rodríguez, Lobería, Balcarce, Necochea, Azul, La Plata, Isla Martín García y La Matanza, entre varios otros.
Respecto de las intervenciones en los territorios, López explicó que “No sólo buscamos casos, hisopamos y orientamos a quienes tienen el virus, también escuchamos lo que hace falta en cada lugar, llevamos la vacunación del Calendario Nacional, medicamentos esenciales a través del Plan REMEDIAR y trabajamos con el ministerio de Desarrollo de la Comunidad en muchas otras acciones sanitarias y comunitarias”.
En ese sentido, desde la dirección de Epidemiología del ministerio de Salud explicaron cómo fue la elección de los lugares: “Lo hicimos a través del ‘mapa de calor’, es decir, las zonas más comprometidas en términos de contagios. A partir de esa información articulamos el trabajo con los municipios en los que vemos más riesgo”, explicó López.
La experiencia en Villa Azul
Hacia fines de mayo, alertados por casi 200 casos positivos de coronavirus en Villa Azul, el gobierno formó un rápido operativo para evitar que el virus se propague. El populoso barrio, que queda entre Quilmes y Avellaneda, está separado por una calle de Villa Itatí, otro poblado barrio.
“Se armó un Comité Operativo de Emergencia (COE) y los equipos territoriales se instalaron en Villa Azul. La estrategia de cierre del barrio, que al principio fue muy resistida, consistió en el aislamiento comunitario para contener el virus. La idea era que la gente saliera lo menos posible y, para lograrlo, necesitábamos de todos: la comunidad, el municipio, Salud, Desarrollo y Seguridad”, recordó Noelia López.
La atención médica, el aislamiento de los contactos, la asistencia alimentaria y la provisión de los elementos de higiene, fueron algunas de las medidas primordiales que sirvieron para contener la enfermedad: “Valió la pena, lo logramos”, indicó la funcionaria. Fue tan bueno el operativo que desde el gobierno bonaerense, al día de la fecha, siguen implementando los operativos territoriales.