Alberto Fernández retomó hoy su rol de profesor de la Facultad de Derecho de la Universidad de Buenos Aires (UBA) vía online desde la Quinta de Olivos y, además de llamar a sus alumnos a ponerle "garra" a la pandemia porque "todo pasa", sufrió una inesperada interrupción de su propia mascota, Dylan.
En la sala de la residencia oficial acondicionada especialmente para mantener videoconferencias, el presidente encabezó una nueva clase de "Teoría del Delito y Sistemas de la Pena". "Mi mayor preocupación era que no perdieran el cuatrimestre, todo esto nos ha revolucionado todo, esta es la verdad, pero queremos que no pierdan ni las clases ni las fuerzas, ¿OK?", subrayó el jefe de Estado.
Dos horas después, la clase, que en un momento fue interrumpida por su perro Dylan, continuaba y sus alumnos seguían con atención sus recomendaciones bibliográficas junto al adjunto, el abogado penalista Adrián Rois, que es el que lleva la materia desde que el titular llegó a la Presidencia de la Nación.
Al despedirse de su clase, el Fernández señaló: "Todo pasa y en unos años nos vamos a estar acordando de todo esto, hay que ponerle mucha garra". El mandatario saludó sobre el final de la clase a los alumnos -que lo llamaban "profe"- y también a sus familiares, que lo escucharon desde sus casas.
"Feliz de que nuestra querida Universidad de Buenos Aires se consolide como la mejor universidad iberoamericana. Mañana, con mucho orgullo, retomo el dictado de las clases a distancia de Teoría del Delito y Sistemas de la Pena. #OrgulloUBA", publicó el Presidente este martes por la noche en su cuenta oficial de Twitter.
La alegría del presidente es porque la UBA subió al puesto 66° del ranking global de universidades, siendo la casa de estudios iberoamericana mejor evaluada de todo el mundo.