El Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria permanece paralizado desde hoy y hasta el viernes por un paro convocado por los trabajadores nucleados en ATE que denuncian el desfinanciamiento del organismo, temen por 700 despidos y alertan que podrían dejar de hacerse los controles que garantizan la salubridad de los alimentos que consumen los argentinos.
El presupuesto de este año del Senasa será de 721 millones de pesos, mientras que en 2016 había sido de 1300 millones, es decir que hubo un recorte de casi el 50 por ciento. A esto hay que sumar la inflación interanual que superó el 40% y que erosionó ese monto.
"La decisión pone en riesgo las fuentes laborales de 700 trabajadores. Todo parece ir camino a una privatización y tercerización del servicio de sanidad", explicó a El Destape Jorge Ravetti, coordinador nacional de la ATE-Senasa.
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El referente sindical además explicó que los empresarios del campo piden hacerse así mismo la inspección sanitaria de alimentos. "El problema es que son alimentos, el Estado debería regularlos. Es algo grave", dijo.
El SENASA controla la cadena alimentaria del país, desde la faena, hasta el embutidos final para garantizar que los productos que se exportan, importan y consumen en el país estén en buen estado y libres de enfermedades. "Es muy probable que las empresas trabajen sin la inspección sanitaria correspondiente", dijo Ravetti.
El sindicalista además dijo que ya comenzaron con el primer paso de la privatización con la desregulación de la actividad en control de aceites y alimentos balanceados. "Ahora lo hacen los propios privados y esto le quita presupuesto al Senasa", contó.