Funcionarios instalados por Rusia dijeron el viernes que los ataques de drones ucranianos dejaron fuera de servicio dos subestaciones eléctricas en Enerhodar -la ciudad que da servicio a la central nuclear de Zaporiyia, ocupada por Rusia- y cortaron el suministro a la mayoría de sus residentes.
Sin embargo, un responsable de la central de Zaporiyia, la mayor de Europa, que cuenta con seis reactores, declaró que no se había visto afectada por la acción militar.
El sábado por la mañana, la dirección rusa de la central dijo en su canal oficial de Telegram que algunas "instalaciones de infraestructura", incluidos el departamento de transporte y la imprenta, sufrieron interrupciones tras los ataques.
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Afirmaron que las medidas de seguridad nuclear siguen plenamente operativas.
La portavoz del Ministerio de Relaciones Exteriores ruso, Maria Zakharova, dijo que los ataques exponen el desprecio del presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, por la seguridad nuclear y prometió que Moscú tomará medidas para detener los asaltos.
"En vista de la total incapacidad del régimen de Zelenski para negociar nada, nuestro país tomará todas las medidas necesarias para negar al régimen de Kiev todos los medios para llevar a cabo tales ataques", dijo Zakharova en la página web del ministerio.
Las tropas rusas se apoderaron de la central en los primeros días de la invasión de febrero de 2022 y, desde entonces, Moscú y Kiev se acusan mutuamente de poner en peligro la seguridad en torno a ella. De momento no produce electricidad.
Eduard Senovoz, máximo responsable de Enerhodar, escribió en Telegram que el último ataque había dañado la segunda de las dos subestaciones que abastecen a la ciudad. La otra subestación fue destruida el miércoles.
Con información de Reuters