El mercado le sacó una nueva suba de tasas y sigue acortando el plazo de renovación de la deuda del Tesoro, en una operación financiera que viene reflejando los temores a un fin más próximo de la política monetaria y cambiaria del equipo económico de Javier Milei y Luis Caputo. Para el mercado no está claro de dónde van a obtener los dólares para afrontar los vencimientos de este año y el DNU que adelantó el acuerdo con el Fondo no despeja ninguna duda. Por eso cada vez se va a observar un incremento de tasa y un acortamiento de plazo.
La confianza en el Gobierno se acorta y ya se parece a un “plazo fijo a siete días” como existía en la década del ‘80 en un contexto de desconfianza e inflación. En la última licitación, el Tesoro colocó deuda por $ 4,5 billones y no llegó a cubrir el total de los vencimientos, logrando una renovación del 97%. La Secretaría de Finanzas enfrenta todavía dos vencimientos más este mes, por $10 billones en total.
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Los instrumentos de mayor preferencia fueron, nuevamente, las letras capitalizables (LECAP) a vencimientos más cortos, a un mes, que concentró más de la mitad del total de lo adjudicado a una tasa efectiva mensual del 2,64%, por encima de la anterior de 2,58%. En la visión oficial, el mercado renovó su apreciación de que, por lo menos hasta después de las elecciones, Caputo no modificará el tipo de cambio, ya que no demandó letras atadas al dólar oficial.
El mercado se inclina por reclamar más tasa en lugar de tomar cobertura cambiaria o cobertura inflacionaria, recibió apenas 5% del total ofertado, y esa decisión que está obturando la estrategia del equipo económico de bajar la tasa de interés para quitar nominalidad a la economía. Hasta ahora, solo la tasa de crawling peg (devaluación) que maneja el BCRA es la única que comienza con uno. Ni la inflación bajó del dos por ciento ni la tasa que reclama el mercado se acomoda a una expectativa de baja de inflación.
Pesos por dólares
La Secretaría de Finanzas necesita absorber más pesos de los que vencen y destinar el saldo positivo a la compra de dólares al Banco Central para hacer frente al vencimiento de capital e intereses de los Bonos Globales (GD) y los Bonares (AL) de julio próximo, por unos U$S 4.400 millones. Por ahora, según cálculos del mercado, tiene comprados unos U$S 1.500 millones en el año, pero los primeros U$S 1.000 millones adquiridos en enero ya fueron destinados al pago de la deuda que venció ese mes, por lo que tendría un saldo positivo de sólo U$S 500 millones.
MÁS INFO
El Gobierno tomó la decisión de atrasar el tipo de cambio para requerir menos pesos para comprar los dólares necesarios para afrontar los vencimientos de la deuda en divisas, pero esa misma estrategia está llevando adelante los inversores privados que eligen dolarizarse a bajo precio y obligan al BCRA a intervenir en el mercado financiero, tanto en el MEP en forma directa como en el CCL a través del “Dólar Blend”, la posibilidad de los exportadores de liquidar el 20% de sus ventas externas fuera del mercado oficial.
Hasta ahora, el creciente endeudamiento externo del sector privado fue el que permitió abastecer de divisas al mercado local, y la única manera de sostenerlo es ampliar la tasa en pesos para que el premio sea mayor y compensen los temores a una devaluación que podría llegar de la mano del acuerdo con el FMI. De a cinco o diez puntos básicos por licitación, el costo de endeudarse del Tesoro empezó a crecer en forma sostenida.