El caos económico que azuza Javier Milei, candidato presidencial por la Libertad Avanza, forma parte de una estrategia muy redituable para determinados jugadores del poder económico global con ramificaciones en el país. El ex secretario de Comercio interior, Roberto Feletti, afirmó que detrás del libertario “estaba BlacRock y otros fondos de inversión que tienen en su haber títulos de deuda argentina y apuestan a quedarse con activos de nuestro país a precios de remate”. El Fondo que lidera Larry Fink no solo posee títulos de deuda local sino que posee acciones en YPF, Bunge, Glencore, y Livent, entre otras. Es decir, activos energéticos, alimenticios y minerales, los tres componentes que más se demandarán en el mundo en los próximos años. Con una Argentina barata, al decir de Feletti, los buitres podrían tener más cerca de su alcance los principales recursos del país. El nexo directo entre Milei y BlackRock se da a través de Darío Epstein, representante de este Fondo en la empresa Pampa Energía.
¿Qué es BlackRock?
La empresa de Larry Fink registró un incremento de su ganancia neta del 25% interanual durante el segundo trimestre de este año, hasta alcanzar los 1399 millones de dólares. Este guarismo no dice nada por sí solo. Su peso va mucho más allá de un balance. BlackRock fue contratada por la Reserva Federal de los Estados Unidos para gestionar los activos bajo propiedad de ese país; mueve recursos que equivalen a los PBI de Alemania y Francia; actúa a nombre de terceros (inversores con protección de su identidad) o por cuenta propia.
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Para Daniela Gabor, profesora de Economía en la Universidad del Oeste de Inglaterra, los fondos como BlackRock “se han convertido en los verdaderos actores globales en detrimento de los bancos”. “La banca, más regulada desde la crisis del 2008, pierde peso como motor económico en favor de los gestores de fondos, gigantes no regulados porque son meros intermediarios, agentes que pasan a sus clientes los beneficios y las pérdidas de sus inversiones”, explicó en un artículo publicado por La Vanguardia en 2018.
No sería extraño que en un corto plazo se los vea y analice como una especie de supra estados privados pero por encima de los estados nacionales. No por nada Milei apuesta a dinamitar la moneda nacional, el Banco Central y todo rasgo de soberanía.
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El origen reciente
Fondos como BlackRock, Pimpco o Templeton apostaron por Macri ni bien puso un pie en la Casa Rosada. Los tres fueron claves en el proceso de endeudamiento, en dólares y en pesos, iniciado post pago en efectivo a los Buitres de Paul Singer, tras el aval parlamentario de marzo de 2016.
De los tres financistas, el único que abrió una sucursal en el país fue BlackRock. Según los registros de la Inspección General de Justicia, se constituyó en el país en septiembre del 2018, cuando el mercado ya le había cortado el financiamiento a la Alianza Cambiemos y el FMI preparaba el mayor desfalco al país junto a los funcionarios cambiemitas.
Se inscribió con 13.700.000 acciones a nombre de BlackRock Latin America Holdings B.V., cuyo presidente en los papeles era Pablo Gayol, un abogado integrante del estudio Marval O´Farrel y Mairal.
En el país, la empresa de Fink estuvo representada íntegramente por este gran estudio de lobistas. No solo forman parte del Colegio de Abogados de la Calle Montevideo – ideólogos del negacionismo en el país - sino que recientemente fueron contratados por los ex socios de Macri (Abertis) para litigar contra el Estado.
Lo curioso de la inscripción de BlackRock en Argentina es que ocurrió cuando empezaban a desarmar sus posiciones en dólares y pesos, ante una gestión cambiemita que debió recurrir al FMI.
“Los fondos tipo BlackRock o Templeton que tenían LEBACs, cuando se la vieron fea, fueron a los bancos comerciales con los que operaban para que les vendieran todas sus operaciones en pesos. El paso siguiente es que los bancos abrieran el mercado spot para ver cuánto les ofrecían o quiénes estaban vendiendo dólares para que todo fuera un acuerdo entre privados. Pero ni BlackRock ni Templeton se querían ir perdiendo plata, entonces les dijeron a sus bancos que llamaran directamente a (Federico) Sturzenegger para que aparecieran en pantalla los dólares que se querían llevar al precio que ellos querían pagar. Como no había controles de cambio, la jugada era o ‘me vendes vos o convalido una devaluación’”.
Esta explicación o lectura de los hechos fue enunciada ante este periodista por un jugador de Wall Street con fuertes lazos con el país. Por entonces, entre los bancos comerciales que habrían actuado junto a los Fondos de Inversión se encontraban el City International Market, el HSBC y el Deutsche Bank. Esta última entidad también resultó clave para el pago a los buitres de Paul Singer gracias la mano de Luis Caputo y Santiago Bausilli, ambos investigados por el juez Sebastián Casanello.
Según los registros de la IGJ, BlackRock solicitó el cierre de la sucursal local en octubre de 2021, algunos meses antes del acuerdo de Facilidades Extendidas con el FMI y un año después de la reestructuración de la deuda privada bajo la gestión de Martín Guzmán, de la cual fue un fuerte detractor.
Pero BlackRock siempre está. Y Milei lo sabe, por eso cuenta con Darío Epstein como uno de sus asesores económicos.
Activos
Si el objetivo de Milei es “una Argentina de remate”, como lo definió Feletti, no habría que perder de vista aquellos activos en los que BlackRock posee acciones, como por ejemplo un 6% dentro de YPF; también juega dentro de Glencore, empresa suiza que se había quedado con Renova, la productora de aceite de soja que pertenecía a Vicentín.
A nivel global, el negocio agropecuario de la suiza había pasado bajo el paraguas jurídico de Viterra, que hace pocos meses anunció su fusión con Bunge, donde también posee acciones el gigante financiero.
BlackRock, a través del Rabobank, fue el financista clave para que Renova pasara a manos de Glencore, meses antes de que finalizara el gobierno de Macri, con una Vicentín a las puertas de la quiebra.
Hasta el 2022, las otras posiciones de Fink en el país incluían una pisada en Coca-Cola, Bayer, Apple, Microsoft, Telefónica o Procter & Gamble y Pampa Energía.
Para Fiona Scott, economista especializada en temas vinculados a la lucha antimonopólica, (ex funcionaria del Departamento de Justicia de Estados Unidos), las empresas como BlackRock “apuestan a tener acciones en sociedades de un mismo sector para horadar la competencia y aumentar los precios hacia los consumidores”.
Una nueva estrategia de regulación absolutamente privada o lacasta empresarial bajo el paraguas de la libertad.