"Las ideas más importantes siempre vienen del pueblo"

La conmovedora exposición de Mary-Claire King, la científica que desarrolló el "índice de abuelidad", cuando recibió el doctorado honoris causa de la UBA.

20 de septiembre, 2023 | 00.05

En 1977, las Abuelas de Plaza de Mayo empezaban a exigir información sobre el paradero de sus hijos y nietos. Primero, se guiaban por los testimonios de vecinos y otros testigos. Un día, al leer en un diario de La Plata que se había probado la paternidad de un hombre a través de un análisis sanguíneo, se preguntaron si lo mismo podría hacerse con sus descendientes. Pero había un problema: faltaba una generación. Durante un viaje a los Estados Unidos, conocieron a la genetista norteamericana Mary-Claire King que, junto con diversos colaboradores, logró desarrollar el método de análisis genético que hizo posible identificarlos familia por familia y cuyos resultados fueron publicados en revistas científicas para validarlos. Su trabajo permitió restituirles la identidad a decenas de nietos e identificar restos de individuos desaparecidos no solo en la Argentina, sino también en El Salvador, Chile, Guatemala, Haití, Honduras, México, Ruanda, Croacia y Serbia.

Emocionada, por momentos al borde de las lágrimas, la científica que desarrolló el “índice de abuelidad” que permite probar con un 99,99% de certeza la filiación de nietos de desaparecidos, recibió el martes por la tarde el doctorado honoris causa de la UBA y ofreció un seminario titulado “Genética y derechos humanos: la búsqueda de los nietos desaparecidos en la Argentina”, en el que pasó revista a la historia tal como ella la vivió.

Ovacionada de pie, desplegó una humildad y una calidez conmovedoras. “Es una gran emoción volver a la Argentina después de 30 años –reconoció, al comenzar a recorrer los casos desgarradores que encontró a lo largo del camino–. Todos tenemos responsabilidades como científicos y como ciudadanos. De vez en cuando, nuestra formación resulta particularmente útil. Mi trabajo con las Abuelas fue un ejemplo de esta convergencia”.

Estela de Carlotto, presidenta de Abuelas de Plaza de Mayo,en primera fila

Su exposición se detuvo en aspectos técnicos, pero no soslayó el costado humano. Como cuando recordó que al volver a su casa familiar, Paula Logares, entonces de seis años  (la primera nieta restituida gracias a la herramienta desarrollada por King y que había sido inscripta como hija del subcomisario Rubén Lavallén), preguntó: “¿Dónde está mi muñeca?”

Hacia el final de su exposición, King leyó el poema Testamento, de Ariel Dorfman: “Y cuando finalmente/ llegue ese día,/ cuando te pidan que pases/ a reconocer el cadáver/ y ahí me veas/ y una voz te diga: “Lo matamos/ se nos escapó en la tortura/ está muerto”, cuando te digan/ que estoy/ enteramente, absolutamente/ muerto,/ no les creas,/ no les creas,/ no les creas,/ no les creas”.

“Mi trabajo con los Abuelas fue un ejemplo de lo que es capaz el trabajo científico, de lo que es capaz la ciencia", afirmó. Y más adelante agregó: ."Las ideas más importantes siempre vienen del pueblo.

En el Aula Magna de la Facultad de Ciencias Exactas, colmada, estaban presentes no solo el decano que gestionó el título en 2012, Jorge Aliaga, sino también Estela de Carlotto, presidenta de Abuelas de Plaza de Mayo y una de las integrantes del grupo que en los años ochenta tomó contacto con King a través del genetista argentino Víctor Penchaszadeh para pedirle que desarrollara un instrumento para identificar a sus nietos. También estaban Paula Logares y su abuela, Elsa Pavón.

“El título que hoy se entrega fue propuesto por Víctor Penchaszadeh en 2012 al entonces decano de esta facultad, Jorge Aliaga, que lo gestionó con éxito ante el Consejo Superior de la UBA –contó en su presentación el profesor Alberto Kornblihtt–. Como no pudo viajar en ese momento, el diploma permaneció guardado 11 años hasta el feliz día de hoy en que llega a las manos de su dueña”.

Entre los logros más resonantes de la investigadora, destacó el haber demostrado, mediante estudios de secuencias de proteínas (ya que en esa época no se contaba con la tecnología de la secuenciación masiva del ADN), que chimpancés y humanos somos genéticamente idénticos en un 99%. “Este hallazgo fue un fuerte apoyo al concepto de que las diferencias entre especies no ocurren por la acumulación gradual de mutaciones puntuales, sino que tienen que ver con cambios abruptos en unos pocos genes y/o cambios en la regulación de la expresión de genes que están conservados en toda la escala evolutiva”, explicó Kornblihtt.

Contó que finalizado el doctorado en 1973, King viajó para enseñar en la Universidad de Chile y su estadía fue interrumpida por el golpe de Estado que instalaría la dictadura de Pinochet, una experiencia que la marcaría de por vida.

El Aula Magna de Exactas, a pleno

A su vuelta a los Estados Unidos, la científica investigó por qué el cáncer de mama tiende a aparecer en familias y demostró la existencia teórica de un gen dominante cuyas mutaciones confieren un alto grado de susceptibilidad a esta patología en un subconjunto de la población, el BRCA1. Más tarde descubrió un segundo gen de susceptibilidad al que llamó BRCA2. “Ambos genes funcionan normalmente como supresores de tumores, pero cuando uno o los dos están mutados o no se expresan, las células de la glándula mamaria y del ovario se descontrolan, proliferan y generan un tumor maligno”, detalló Kornblihtt.

King trabajó también en el grupo sobre Diversidad Genómica Humana coordinado por el famoso genetista italiano Luca Cavalli Sforza, con el que confirmó que el concepto de razas no existe en humanos. Que las mayores variaciones genéticas existen entre individuos y no entre poblaciones.

Mientras tanto, mantenía su compromiso político. Se opuso a la guerra de Vietnam y a la invasión en Camboya, y años más tarde establecería una colaboración científica sobre la sordera hereditaria con grupos de Israel y Palestina a propósito de la cual diría: "Entendemos que trabajar juntos trasciende la política. Es posible hacer ciencia útil y bella juntos, aun entre países que están en conflicto”.

Su tarea con las Abuelas se inició en 1984. “Esta es una historia de nobleza y dignidad, inteligencia y perseverancia –dijo Kornblihtt–. Conozco personalmente a Mary-Claire desde 2011, la considero un prócer de nuestro país, que merece el más alto respeto y admiración. Cuando se refiere a las abuelas, ella dice ‘nosotras’ y es consciente de los peligros del negacionismo y de la barbarie que lo impulsa”.

Este miércoles, Mary-Claire King y las Abuelas de Plaza de Mayo participarán en la charla “El aporte de la Ciencia al Derecho a la Identidad”. El encuentro se realizará a las 16, en el Centro Cultural de la Ciencia. Es necesario confirmar asistencia a través de https://www.argentina.gob.ar/ciencia/agenda/el-aporte-de-la-ciencia-al-derecho-la-identidad