Los jubilados y el futbol

11 de marzo, 2025 | 23.40

El fenómeno surgió con parte de la hinchada de Chacarita, extendiéndose rápidamente al resto de los clubes. Que los hinchas de instituciones como Chicago, Racing, Independiente, River, Boca, Lanús, Laferrere All Boys, Gimnasia, Tigre y Ferro entre otros, iniciaran una convocatoria para apoyar a los jubilados no deja de sorprendernos y emocionarnos. Los clubes de barrio también se sumaron al reclamo, por ejemplo, el Club de Amigos del Parque Saavedra, convocó “a marchar en defensa de nuestros jubilados, que están siendo golpeados y rociados con gas pimienta todos los miércoles ante los ojos de toda la sociedad…. La calle nos enseñó que a los más grandes se los respeta y se los defiende, no se les pega”. 
Ahí donde el Estado, la política, los partidos políticos y la sociedad civil abandonó a sus mayores, el futbol salió a rescatarlos “Yo defiendo a los jubilados. Cómo no los voy a defender. Tenemos que ser muy cagones para no defender a los jubilados”. La icónica frase de Diego Maradona de octubre del 92 volvió a ser recordada en estas horas. Todo hace pensar que el futbol en Argentina no es sólo un deporte más, es un enigma.

¿Qué es el futbol?

El fútbol es parte fundamental de nuestra cultura: símbolo pasión, orgullo tejido desde abajo de la identidad del país. Se trata de un amor a la camiseta inscripto en una especie de ADN histórico asociado a los colores de un equipo, de un territorio, de lo familiar sagrado: es la infancia, el club o la patria lo que se defiende, no se traiciona ni se vende. Nuestro mejor futbol salió de las villas miserias o de las barriadas populares y, con todas sus contradicciones, no se olvidaron nunca de donde vinieron.

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La camiseta es una prolongación de la piel que lucha poniendo el cuerpo y el alma, condensando pasiones y afectos plebeyos comunes. En los mundiales juega el cuerpo social y la voluntad colectiva misma –que no es propiedad privada–, articulando un sentimiento nacional frente al adversario extranjero. El futbol argentino es un nombre del pueblo. 
Nuestro futbol nos regaló el disfrute de la “mano de Dios” en México de1986, el gol de Diego Maradona imprescindible tanto para el triunfo de la Selección Argentina, como para la justicia popular contra los ingleses. 

El futbol, un fenómeno colectivo que condensa historias, pasiones, afectos como el amor, es un articulador que posibilita la identificación y la pertenencia. El orgullo de decir “soy de…”, o el de la religiosidad laica del “somos”, jubiloso y engrandecido, que “se la juega” por lo común elevando lo social a la dignidad del “nosotrxs”, ya sea un equipo o el pueblo, aunque más no sea por un instante.  

En tiempos de motosierra y de una crueldad ilimitada que no se detiene ante nada, capaz de gasear y apalear a nuestros queridos trabajadores pasivos, la camiseta devino unidad con los adultos mayores: “todos somos jubilados”.  Gran ejemplo de lucha donde el barro de la calle indica el camino de unidad para despertar a la dirigencia, dejando de lado grandes rivalidades y convirtiéndose en símbolo de resistencia y defensa de la justicia social.

Los vendepatrias que gobiernan adoran el becerro de oro extranjero, los intereses foráneos y tienen horror a lo popular, eso los hace incapaces de latir con la sensibilidad plebeya. Los asustadizos carentes de espíritu nacional no entienden nada de lo que significa el amor y la solidaridad del pueblo.
El futbol es la pasión, el compañero fiel e indiscutible de nuestra Argentina sufrida y golpeada. Nuestra patria que se levanta de las caídas con la genialidad de una gambeta, sale de los laberintos por arriba con la viveza criolla y mete el gol sorpresivo de zurda desde la media cancha. 

En los despojos compartidos, en la resistencia y en las resurrecciones, anida nuestra identidad…. y  el futbol siempre está.