En su primer discurso como Presidente, Alberto Fernández reivindicó su discurso democrático y convocó a la convivencia entre los disensos. “Vengo a convocar a la Argentina en pos de un nuevo contrato social, fraterno y solidario” dijo frente a los legisladores y al lado de la vicepresidenta, Cristina Kirchner.
Además expresó: “Llegó la hora de abrazar al diferente. Es el espíritu del tiempo que inauguramos con solidaridad y expresión en los hechos”. Y agregó: “Hoy más que nunca es necesario poner a la Argentina de pie. Es necesario recuperar un equilibrio económico y productivo que perdimos”.
El flamante jefe de Estado pidió "superar el muro del rencor y del odio y del hambre que deja a millones de hombres y mujeres.No cuenten conmigo para transitar el camino del desencuentro”.
Frente al panorama actual dijo: “Más de 15 millones de personas sufren de inseguridad alimentaria, es necesario que todos los argentinos le pongan fin a esta catástrofe social”.
Y ratificó: “Sin pan no hay paz ni libertad”.