Como lo hace cada año, la reconocida cantante venezolana Cecilia Todd regresa a la Argentina para presentarse en un ciclo de 8 shows: 25, 26, 27 y 28 de febrero y 3, 4, 5 y 6 de marzo, en la mítica sala palermitana de Café Vinilo. Allí ofrecerá canciones que ya son parte del patrimonio intangible de Latinoamérica, más algunas sorpresas. Estará acompañada por su pianista Matías Martino.
Durante el pasado año, Todd grabó junto a la cantautora cubana Liuba María Hevia el disco: "Hay quien precisa", material que seguramente pronto será presentado en nuestro país. En este marco recibió el galardón "Distinción por la Cultura Nacional" otorgado en Cuba por la embajada de dicho país. En su paso por Argentina, se presentó en diversas ciudades como Mendoza, San Juan, La Rioja, Tucumán, Salta, Jujuy, Posadas, Resistencia, Corrientes, Paraná, Rosario y Córdoba. Allí recibió el "Premio Cultura UNC 400 años" otorgado por la Universidad Nacional de Córdoba.
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"Cada vez que llega el momento de nombrar las voces fundamentales de América, la de Cecilia Todd se agranda, dulce y expresiva, entre las imprescindibles" opina el periodista Santiago Giordano. Hay voces que identifican a un pueblo con su cultura. Una de esas voces es la de Cecilia Todd.
Con el cuatro, ese modesto instrumento que la acompañó en poco más de 40 años de trayectoria, la trovadora venezolana ha trazado una pintura fiel del folklore de Venezuela en su amplio registro de estilos y sonoridades. Con fuentes españolas y africanas, la música folklórica y popular de Venezuela responde a una temática plural: hay canciones descriptivas, amorosas, de la vida cotidiana, picarescas, inquisidoras. Todo eso abarca el cancionero de Todd, en un recital libre de esquemas fijos.
Todd y Argentina
Desde que la artista conoció Argentina, en 1972, su relación con nuestro país ha perdurado por los afectos y también por la profesión. Aquí vivió tres años, y forjó amistad con Mercedes Sosa, Hilda Herrera y los integrantes del grupo Buenos Aires 8, memorable formación que hizo una fusión de tango y folklore. En Argentina lanzó su primer disco, en 1973, que contiene la popular canción Pajarillo verde, seña de identidad de la trovadora. Desde entonces, se ha venido cimentando una relación de afecto y admiración entre la artista y el público vernáculo.
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