El poder de compra de las jubilaciones sufrió una caída desde fines de 2015. Incluso con el aumento, los haberes de marzo valdrán menos que hace un año y medio atrás.
De acuerdo a un cálculo entre CEPA, la pérdida de poder adquisitivo desde el aumento de la jubilación mínima de septiembre de 2015 al actual es del 8,71%. Esto es, comparado con la inflación, que fue aún mayor para los alimentos que para el resto de los bienes.
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En septiembre de 2015, la actualización llevó a los haberes a $ 4.299. En marzo de 2017, ya que el Gobierno anunció que cumplirá con la ley y no recortará la suba, aumentarán a $ 6.377.
Para este año, los jubilados no perderán poder adquisitivo en el mejor de los casos (es decir, si la inflación del 17% prevista por el Gobierno se cumple). Sin embargo, tampoco recuperan nada de lo disipado a lo largo de 2016.
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"Las políticas impulsadas por Cambiemos desde el inicio de su gestión (entre los que debe incluirse la reciente modificación en la fórmula de cálculo de movilidad) apuntan a consolidar el valor de la Jubilación Mínima y de AUH en un piso sensiblemente más bajo de poder adquisitivo", esgrime el centro de estudio.
Los beneficiarios de la Asignación Universal por Hijo (AUH) también sufrieron una caída en su capacidad de consumo desde septiembre de 2015, pero del 13,55%.
La creciente inflación desde que Mauricio Macri asumió la Presidencia no permitió que ningún trabajador, y tampoco jubilados, logren ganarle al alza de precios. El año pasado el alza del 41% de los bienes y la ausencia de políticas oficiales para respaldar a los asalariados y pensionados los dejó en una situación de vulnerabilidad. Ninguno de los institutos económicos espera que se pueda recuperar la pérdida de poder adquisitivo, al menos en el corto plazo.