La gestión de Mauricio Macri en la ciudad terminará en diciembre con balance negativo: en 8 años de gestión, pese a los anuncios, la falta de mantenimiento y las obras demoradas empeoraron el estado del subterráneo porteño.
Desde 2012 se perdieron 60 millones de viajes anuales por el aumento del pasaje.
La línea B - que transporta 380 mil pasajeros por día - cambió sus horarios para modificar el sistema de alimentación eléctrica durante todo 2014 pero las obras iniciadas en abril del año pasado recién estarán terminadas en marzo de 2016. La situación de la línea C no es distinta. Se compraron 30 coches Nagoya 5000 a Japón con 35 años de antigüedad pero sólo llegaron 18 que aún están fuera de servicio. En la D, en tanto, se prometieron 30 formaciones con aire acondicionado. Comenzaron a incorporarse las primeras, paulativamente, en marzo.
El subterráneo de Buenos Aires es uno de los más extensos del mundo: seis líneas conectan 22 de los 48 barrios de la ciudad. Sin embargo, siguen pendientes tres líneas (F, G, I). Se estima que sólo desde inicios de 2012, cuando la gestión resolvió aumentar la tarifa un 309% y fijar el nuevo precio en $ 4.50, se perdieron 60 millones de viajes anuales.
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