Tras casi 4 meses alejados de los micrófonos, la pantalla chica y los diarios, Claudio Villarruel y Bernarda Llorente vuelven a la radio este lunes, en lo que será la quinta temporada de Detrás de lo que Vemos en nuevo horario y nueva casa: será de lunes a viernes de 14 a 16 y en AM 750, que renovó su imagen e incorporó a figuras como Gonzalo Bonadeo y Víctor Hugo Morales en los últimos meses, con el objetivo de crecer en audiencia y ubicarse entre las emisoras más escuchadas del país.
En una entrevista exclusiva con El Destape, los ex directores artísticos de Telefé analizaron la situación actual de los medios, los primeros meses de gestión de Mauricio Macri en el poder y las primeras medidas adoptadas en materia de comunicación, al tiempo que brindaron un anticipo de lo que será su nueva etapa en radio:
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-¿Cuáles son las expectativas de cara a una nueva temporada de Detrás de lo que Vemos. Con qué se va a encontrar el oyente?
BL: Esencialmente el programa es el mismo desde hace cinco años, obviamente siempre vamos variando cosas, secciones, pero el espíritu es el mismo: buscar otras miradas de la actualidad y siempre con grandes condimentos de humor, intentando no por eso dejar de lado la realidad.
Es un año muy difícil, donde mucha gente ha quedado afuera de la radio, de distintos medios, y nosotros tenemos el privilegio de poder hacer este programa todos los días e intentar representar la mayor cantidad de voces. Esperemos lograrlo.
-¿Cómo analizan los primeros 4 meses de Macri y su relación con los medios de comunicación y los periodistas críticos?
CV: Durante los primeros cuatros meses todo fue muy desprolijo, y la gran preocupación es que todo se resume a las cuestiones de pluralidad, cuando se debería estar pensando en cómo se apalanca la construcción de ciudadanía, en cómo se puede rescatar lo que se vino haciendo en estos últimos años, y en donde los medios públicos empezaron a cobrar un protagonismo que nunca tuvieron en la historia.
Sobre la política de medios implementada por la nueva gestión no se puede opinar mucho porque no hubo ninguna declaración en cuanto al paradigma comunicacional que quiere este Gobierno, se resume sólo a acciones puntuales, a una cuestión casuística más allá de una propuesta global comunicacional como sí tuvo el Gobierno anterior, que pudo gustar o no, pudo ser buena o mala pero fue una propuesta comunicacional apalancada en la construcción de ciudadanía, con la aparición de nuevas voces desde la promulgación de la Ley de Medios por la que veníamos peleando para reemplazar el decreto de Videla de la dictadura militar.
En este sentido, los hechos hablan por sí solos: si tu idea de comunicación es sólo que estén todos, la realidad es que hay malos en la derecha, en la izquierda, arriba, abajo...nuestra idea es que estén los buenos, sin imp-ortar qué piensen.
-¿Qué rescatan y qué critican de los primeros meses de gestión de Macri en términos políticos?
BL: Respecto de la política llevada a cabo por el nuevo Gobierno, no estamos sorprendidos porque algunas cosas las habían anticipado y prometido, pero las hicieron y ahora estamos metidos en este embrollo: alta inflación, altos costos. Y justamente quienes iban a acompañar este nuevo proceso neoliberal, como lo son el campo, los empresarios, los supermercados y el sistema financiero, terminaron no apoyándolo como se esperaba, y eso es lo que más sorprende, porque todas las medidas fueron en su beneficio: sacar las retenciones al campo, a la minería y una transferencia brutal de recursos hacia los sectores más concentrados.
Hubo escasas decisiones o políticas contracíclicas contra el crecimiento de la inflación y la disparada del dólar. Y casi ninguna, o ninguna directamente, para los sectores más vulnerables, para los que menos tienen.
No es nada nuevo de todas formas: así son los gobiernos neoliberales, que piensan que un chico pobre que vive en Jujuy o en el Chaco tiene las mismas posibilidades en Harvard que uno que nació en Recoleta o Barrio Norte por el simple hecho de que son seres humanos.
Sí preocupa el desmantelamiento total del Estado, les parece un estorbo, y me preocupa que confundan gobernar con administrar y la verdad, nos guste o no, tiene que haber una cuota de política en la gestión de gobierno, porque son los encargados de gestionar el Estado, que está compuesto por actores políticos y sociales, por lo tanto es muy difícil ver a CEOs de compañías ver que estaban del otro lado del mostrador ahora defendiendo al Estado, es rarísimo.
Otra cosa que es muy triste es esta estigmatización de la militancia y los laburantes, a quienes llaman ñoquis y echándolos sin conocerlos, es como un revanchismo que no se veía desde la caída de Perón como lo dijo el Papa Francisco.
Como aspecto positivo de este Gobierno es que se da cuenta y corrige sus errores: ya dio marcha atrás en algunas cosas y espero que se dé cuenta que está dejando de lado algo que es para mí la razón que tiene ser Gobierno que es la gente, y sobre todo para los humildes. Gobernar es hacerlo para los más pobres, para los que no tienen derecho.
-¿Cuál es su opinión sobre lo sucedido en radio América y el grupo Szpolski tras la segunda vuelta electoral?
CV: Lo que sucedió en Radio América es algo muy criticable que tuvo el gobierno anterior, que fue creer que cualquier empresario puede manejar un medio de comunicación, y la verdad es que es un negocio muy complicado, de alto riesgo. Pensar el medio de comunicación como un negocio es un error, por lo tanto creo que todo los despidos que se están dando en los medios que fueron creados con empresarios amigos, que no fueron del rubro, y ahí es donde estuvo el mayor error.
El gobierno se rodeó de ciertas personas que le hacen mucho mal a la comunicación, y dejaron una imagen terrible. Para quienes venimos del mundo privado pero pensando la comunicación como un servicio y una herramienta de transformación social como hicimos en Telefé tira todo para atrás, es como volver siete casilleros atrás. La verdad es que nosotros no podíamos hacer nada, no estaba en nuestras manos y nosotros tampoco íbamos a ir a golpear ninguna puerta del poder porque no es nuestro estilo. Es lo que pasó y es que sirva como ejemplo y ojalá que el Estado tome alguna decisión para que los trabajadores, que no tienen nada que ver, no se queden sin laburo.
-¿Qué análisis hacen del nuevo mapa de medios tras el cambio de gobierno? ¿Existe un blindaje mediático a cambio de un tratamiento suave por parte de los principales medios?
BL: Lo que está pasando ahora no lo vimos nunca antes. Empezamos a trabajar en TV en 1983 y realmente nunca se vio algo así. Los momentos de mayor libertad de expresión se dieron en la época de Menem, y Néstor y Cristina Kirchner después, donde cualquiera podía decir cualquier cosa de cualquier institución: las cosas que se dijeron en los últimos años desde los principales medios, generó que una gran parte de la sociedad produzca una suerte de leviatán que repetía todo lo que decían, y eso fue muy grave para la democracia y las instituciones.
Todo lo que pasó en los últimos años, con la megalomanía de algunos comunicadores de creerse más importantes que la realidad como si hubieran sido elegidos democráticamente para defender a la gente, faltándole el respeto a cualquiera, fue realmente de lo más grave que pasó.
Nosotros, desde nuestro lugar, dirigimos un canal privado durante muchos años y tratamos de poner contenidos de calidad y que pudieran construir y concientizar con éxito y calidad, como Montecristo o Vidas Robadas, pero los empresarios siempre van a querer maximizar sus ganancias, por lo tanto, sacarle el fútbol a la gente y volver a las pizzerías y los cafés por ejemplo, es un retroceso y demuestra que no se entendió para nada el sentido que tenía el programa, y ahí es donde volvemos al tema de la falta de políticas comunicacionales...