Las bolsas europeas abrían el martes con caídas, ya que el aumento de los rendimientos de la deuda pública presionaba a las acciones tecnológicas, mientras que nuevos indicios de desaceleración de la economía china hacían mella en el sentimiento de los inversores.
El índice paneuropeo STOXX 600 bajaba un 0,4%, cayendo por tercera sesión consecutiva, ya que el aumento de los rendimientos de los bonos del Tesoro de Estados Unidos sugirió que los inversores se preparan para unos tipos de interés más altos y un riesgo de inflación persistente.
Los datos mostraron que el crecimiento de los beneficios de las empresas industriales chinas se ralentizó por sexto mes consecutivo en agosto, con la crisis energética representando una amenaza creciente para la producción y los resultados empresariales.
Sin embargo, el repunte de los futuros del crudo Brent por encima de los 80 dólares por barril seguía apoyando a los valores energéticos. El índice de las empresas de hidrocarburos subía un 1,1% hasta alcanzar nuevos máximos desde febrero de 2020.
Los bancos se veían respaldados por la perspectiva de subidas de los tipos, mientras que los valores tecnológicos eran los que más caían, casi un 2%, después de que sus homólogos de Wall Street se desplomaran durante la noche.
El fabricante suizo de periféricos informáticos Logitech caía un 6,3%, después de que Morgan Stanley rebajara el valor a "infraponderar".
El proveedor holandés de semiconductores ASM International caía un 2,7% a pesar de haber elevado sus previsiones de pedidos para el tercer trimestre.