Las Fiestas comienzan desde que se arma el arbolito y las calles comienzan a llenarse con adornos navideños de los locales y balcones. Esta tradición data de mucho tiempo atrás, y año tras año se revitaliza.
El origen del árbol de Navidad es anterior al cristianismo. En las antiguas culturas del norte de Europa, los árboles perennes como el abeto o el pino tenían un fuerte valor simbólico. En pleno invierno, cuando todo parecía apagado, estos árboles verdes representaban la vida que resiste, la esperanza y el regreso del sol. Durante el solsticio de invierno, se los decoraba como parte de rituales que celebraban el renacer de la naturaleza.
Con la expansión del cristianismo, muchas de estas tradiciones paganas fueron resignificadas. En Alemania, durante la Edad Media, comenzó a asociarse el árbol verde con la Navidad. Existen registros que indican que ya en el siglo XVI algunas familias armaban árboles dentro de sus casas y los decoraban con frutas, nueces y velas.
A lo largo de los siglos, la tradición fue evolucionando. El árbol dejó de ser solo un símbolo religioso para convertirse también en un elemento decorativo y familiar. En el siglo XIX, la costumbre se popularizó en Inglaterra cuando la reina Victoria y el príncipe Alberto, de origen alemán, difundieron la imagen del árbol navideño armado en el palacio. Desde ese momento, la práctica se expandió a otros países de Europa, a Estados Unidos y, finalmente, a América Latina.
En la Argentina, el árbol de Navidad llegó con las grandes corrientes inmigratorias europeas. Con el tiempo, fue adaptándose a los gustos locales, sumando adornos, colores y estilos que hoy conviven en una misma tradición.
Cuándo comenzó a armarse el árbol de Navidad
Armar el árbol de Navidad como una costumbre doméstica comenzó, según los registros históricos, en Alemania durante el siglo XVI. En aquel entonces, se lo colocaba pocos días antes del 25 de diciembre y se lo mantenía armado hasta la celebración de Reyes. Con el paso de los años y la expansión de la tradición, los tiempos se flexibilizaron.
Hoy no existe una fecha única para armar el árbol. Algunas personas eligen hacerlo el 8 de diciembre, Día de la Inmaculada Concepción, una fecha muy instalada en la Argentina. Otras se adelantan para disfrutarlo más tiempo, mientras que hay quienes prefieren esperar a estar más cerca de Navidad.
