Récord de inscripciones para una de las carreras universitarias del futuro

En la UBA, finaliza el primer año con 250 alumnos; en la Universidad Nacional de San Martín, largan en 2022 con alrededor de 150

09 de diciembre, 2021 | 07.58

Hay quienes estiman que la cantidad de datos del mundo virtual es ya 40 veces mayor que el número de estrellas del universo observable. Es una mina… pero de diamantes en bruto ocultos en el barro. Para encontrar entre ellos respuestas a las preguntas más acuciantes que se nos plantean, se requieren personas entrenadas en obtenerlos, analizarlos e interpretarlos de forma rigurosa. Son los profesionales de la “ciencia de datos”, una joven disciplina que atraviesa casi todas las ciencias y múltiples actividades. La demanda creció a tal punto que dos universidades nacionales crearon licenciaturas en este tema. Y la respuesta fue inesperada.

La primera, de la Facultad de Ciencias Exactas de la UBA, está terminando su primer año con más de 250 alumnos, entre ingresantes al CBC y demandantes de simultaneidad que ya estaban cursando en esa casa de estudios. “Yo esto nunca lo vi, estamos todos sorprendidos –cuenta Ana Bianco, directora adjunta de la  ‘comisión de carrera’, ya que a diferencia de otras de la misma facultad, que se desarrollan dentro de un departamento, esta depende de cuatro unidades docentes:  Matemática, Ciencias de la Computación, Física e Instituto de Cálculo­–. La cantidad de gente que se inscribió este año en el CBC es sideral. Nos pone muy contentos y al mismo tiempo representa un gran desafío”.

Ana Bianco, de Exactas, UBA

Con alrededor de un 30% de mujeres, que no está nada mal para una carrera de este tipo, los profesores se sienten bastante conformes: “Tenemos una comisión de género muy activa y un ojo especialmente puesto en incrementar la participación de chicas”, dice Bianco, especialista en Estadística formada bajo la guía de Víctor Yohai, el primer matemático en recibir el Premio Bunge y Born, que le fue concedido en 2018.

La oferta de la UBA tiene tres ciclos y otros tantos pilares:  herramientas matemáticas, computacionales y de datos. El primero, de un año, es común a otras disciplinas, como física y matemática.  

“El segundo está formado por materias obligatorias, esencialmente de matemática y de computación, salvo una que es electiva (de ciencias naturales, física, química, ciencias de la atmósfera), porque nos parecía importante que tuvieran contacto con la experiencia de toma de datos desde un punto de vista vivencial –subraya Bianco–, que vieran las dificultades que presenta”.

En esos tres años, los estudiantes también cursan introducción a la ciencia de datos y laboratorio de datos. Concluyen con optimización e investigación operativa, y modelado continuo.

En el tercer ciclo (un año), cada estudiante deberá desarrollar un proyecto de su elección. “La idea es que se pueda hacer ese último trayecto de acuerdo con lo que a cada uno le interese y lo motive –explica Bianco–. Dado que se trata de una facultad con infinidad de opciones, sugerimos algunos a modo de inspiración, pero en realidad hay tantos planes posibles como estudiantes. Algunos muy orientados a la inteligencia artificial, otros a la bioestadística, la informática, las ciencias de la atmósfera… Cada uno elige guiado por un tutor de acuerdo con su gusto y con la disponibilidad de materias”. La licenciatura concluye con una tesis final.

Datos y políticas públicas

La Universidad Nacional de San Martín (Unsam) “estrena” la carrera el año que viene con 150 inscriptos. En este caso, se gestó a partir de un proyecto de inteligencia artificial interdisciplinaria que planteó la necesidad de la formación de recursos humanos. Una de las características de esta propuesta es la de ser un poquito más corta de lo habitual: se puede cursar en cuatro años.

Rodrigo Díaz, de la Unsam

Inicialmente, habíamos pensando hacerla todavía más breve; algo así como una diplomatura o una especialización –cuenta Rodrigo Díaz, físico que trabaja en la detección de planetas extrasolares–. Lo primero que hicimos fue juntarnos con los actores relevantes dentro de esta área: la academia y las empresas… Lo que surgió de esas conversaciones es que no hacía falta otro curso rápido de machine learning o de programación, ya había muchos. Nos decían que lo que se necesita es gente que no solo sepa de todo eso, sino que tenga una visión crítica sobre los datos, que pueda acercarse con una visión más amplia, liderar un proyecto desde cero, que entienda cuáles son los pasos necesarios para llevarlo a buen puerto, líderes. Entonces nos lanzamos a una licenciatura que trata de evitar el gran problema de la deserción tardía. O sea, los chicos que dejan las aulas para irse a trabajar cuando ya tienen dos o tres años de formación”.

Díaz comenta que se acercó a este tema precisamente a partir de su trabajo como investigador. “la astrofísica es un campo muy rico en datos –cuenta–. A medida que fui desarrollando mi tema de investigación, me fui aproximando más a la estadística, a los datos. Cada vez estoy más en contacto con matemáticos y estadísticos para resolver los problemas que tenemos. Derivé casi naturalmente hacia la ciencia de datos. Y vi que, como yo, hay muchísima gente interesada en empezar a usar estas herramientas”.

En la Unsam, el programa comienza con el ciclo preuniversitario de seis meses. A partir de allí, la carrera está organizada en torno de dos o tres ejes. “Empiezan a relacionarse con los datos desde el día cero –afirma Díaz, director de la carrera–. El primer cuatrimestre tienen ‘Introducción a la ciencia de datos’, comienzan a trabajar con bases de datos, visualizarlos, interrogarlos y aprender qué preguntas se pueden formular y cuáles no, aunque carezcan de las herramientas matemáticas. Queremos que estén trabajando en la computadora la mayor cantidad de horas posible y haciéndose preguntas sobre los datos. Y luego irán volviendo sobre eso una y otra vez, con conocimientos cada vez más precisos. En el segundo cuatrimestre tienen introducción al aprendizaje automático”.

Díaz subraya que es difícil pensar en un renglón de actividad que ya no requiera analistas de datos, desde las finanzas a la industria farmacéutica o la gestión del transporte en las ciudades, el reconocimiento de imágenes médicas, el estudio de historias clínicas, las cadenas de abastecimiento… “Por ejemplo, estamos ultimando los detalles para que el Ministerio de Desarrollo nos haga llegar datos de las tarjetas ‘Alimentar’ para analizar cómo se alimenta la población e intentar mejoras –ilustra–. Pero los datos no te hablan, son bits en una computadora. Hay que extraerlos y visualizarlos. Por eso también hacemos hincapié en el desarrollo de habilidades de comunicación: no se trata solo de hacer un modelo matemáticamente riguroso, después hay que comunicarlo para que especialistas de otras áreas o de distintos sectores de una empresa o de un gobierno puedan utilizarlos. Se trata de destilar la información de los datos”.

Dado que en esta casa de estudios más del 60% de los que entran a una carrera de grado son la primera generación de universitarios de su familia, una de sus preocupaciones es explorar la posibilidad de que alguna/s empresa/s aporten equipos indispensables para los alumnos.  

“Queremos proveerles una excelente formación, que los convierta en personas requeridas en el mundo laboral”, se entusiasma el físico, que se siente muy satisfecho con este esquema, ni excesivamente largo, ni demasiado rápido, y con una equilibrada combinación de teoría y práctica.

“Nos preocupa fomentar un vínculo con el mundo privado para que el pasaje al mundo laboral sea fluido –dice–. Hay empresas que tienen planes para contratar 1000 de estos especialistas por año desde 2022 en adelante. El mercado está explotando y es una gran oportunidad para el país”.

Por su parte, Bianco hace notar que también en la UBA están trabajando en este aspecto. “Muchas empresas tomaron contacto con nosotros y ya tenemos una comisión de vinculación –cuenta–. Uno de los grandes desafíos en este tipo de carrera, como también sucede en computación, es que los alumnos se gradúen, porque los salarios que se ofrecen hoy son muy altos y no necesariamente ligados a un título. Estamos viendo cómo vincularnos con las empresas de una forma que sea provechosa para todos. Aún más: hoy, cuando se necesita tomar decisiones en un ministerio, un municipio, una secretaría, lo mejor es hacerlo sobre la base de datos y de un adecuado análisis. Eso es algo que también nos interesa. No solamente hay un espacio para nuestros egresados en el ámbito privado, que es muy valioso e interesante, sino también en las instituciones públicas. Creemos que esto es fundamental, porque les puede dar calidad a las políticas públicas”.