Argentina, no lo entenderías, es el latiguillo que se escucha o se lee en las redes para acompañar imágenes insólitas del cotidiano en este territorio -como vender en los quioscos una única aplicación de repelente de mosquitos. Argentina, no lo entenderías, podría decir también cualquier persona desprevenida frente al hecho de que cada año, desde hace 39, mujeres, lesbianas, travestis y trans de todas las edades, ocupaciones o profesiones viajen cientos y miles de kilómetros para encontrarse y discutir política y estrategias de transformación para las vidas de todos y todas.
La crueldad de la era Milei, la pobreza que somete a más de la mitad del pueblo argentino, el ataque sistemático contra feministas y personas lgbtiq+, la falta de alimentos para quienes más lo necesitan y la explotación planificada de quienes en los barrios sostienen comedores y merenderos no logró frenar esta práctica política. Al contrario, contra el ensañamiento y la anestesia frente al dolor ajeno llegaron a San Salvador de Jujuy decenas de miles de asistentes que transversalmente volvieron a poner en agenda temas urgentes: la sobrecarga de trabajo de las mujeres, la precariedad y la violencia que crece contra las disidencias sexuales, el cambio “civilizatorio” que promueve el gobierno libertario y es una amenaza directa a formas de vida que se han ido construyendo entre la autonomía sobre el propio cuerpo y las decisiones vitales y la interdependencia para sostener el cuidado y la comunidad, dos conceptos que se articulan en las perspectivas feministas y que son freno contra la crueldad.
“Dios, familia y propiedad”, es parte del repertorio de Javier Milei para subrayar la “batalla cultural” que es central dentro del plan de gobierno y que sostiene la matriz del ajuste y la desposesión de todo lo que es común: la educación y la salud pública, el sostén de los sectores más vulnerados de la población, la responsabilidad social y solidaria con las personas mayores a través de jubilaciones dignas. Esa tríada que es casi una definición del patriarcado y que justificó las ideas de que las mujeres tienen un destino -ser para otros- ya marcado por fuerzas superiores (dios), un rol social de vigilancia y trabajo no pago (familia) y que el horizonte común es tener en lugar de compartir (propiedad), es lo que en los Encuentros Plurinacionales se ha venido discutiendo, desarticulando, reformulando en pos de vidas más libres, deseantes, comunitarias. Así nacieron leyes que otorgaron derechos, también perspectivas que permiten vivir sin tantos prejuicios como el reconocimiento de la diversidad corporal, de identidad de género u orientación sexual. La violencia sexual y por razones de género se ha desnaturalizado también por las elaboraciones colectivas que surgen de estos Encuentros, un extraordinario entrenamiento en el debate y la búsqueda de consensos.
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¿Cuál es el rol de las redes sociales y cómo ponerle fin a al violencia digital? ¿Cómo mapear a las usinas de pensamiento de la extrema derecha que pretenden convertir los discursos de odio en sentido común? ¿Por qué quienes se suponen libertarios quieren terminar con el acceso a decidir de cada quien sobre cuándo y cómo tener hijos o no? Estas preguntas estuvieron presentes en todos los talleres, tanto en los de educación pública, dentro de las universidades tomadas como en aquellos que discutieron la caracterización del neo fascismo y las formas de oponerse o en los que se discutió el acceso a la salud o el salario para las cocineras en comedores populares. La voluntad de mantener activas las redes feministas, de compartir recursos y elaboraciones fue una decisión expresa en cada uno de los talleres. Otras formas de hacer política reviven en estos Encuentros y su valor no es fácil de evaluar ni en número de asistentes ni el corto plazo. Pero de su poder no se puede tener dudas, hay una historia que avala estas prácticas y cualquiera que revise su propia vida en este país sabrá cómo y cuánto influyeron los feminismos en radicales transformaciones en los vínculos y en la política, en la forma de evaluar la distribución de la riqueza y el acceso a la educación. La política formal lo entiende y también las relaciones de fuerza han cambiado en la vida sindical y en los partidos políticos. Esos avances, también se dijo en este Encuentro, no admiten retrocesos, sólo seguir creciendo en representación e incidencia.
Los Encuentros Plurinacionales siguen contagiando potencia. El gobierno libertario puede esperar tempestades.