Con el verano 2026 acercándose y las olas de calor intensificándose, muchas familias vuelven a considerar la instalación de una pileta en casa para combatir las altas temperaturas. Más allá del deseo de disfrutar del patio, esta opción también busca reducir gastos en clubes o salidas. Sin embargo, poner una pileta no es solo pagar la instalación inicial, sino que implica un desembolso mucho mayor a lo largo del tiempo.
Entre las alternativas más accesibles, las piletas de lona y las estructurales lideran el mercado por su fácil montaje y menor costo. Por ejemplo, una pileta inflable redonda con anillo superior puede encontrarse desde $70.000, mientras que un modelo Pelopincho de tamaño mediano ronda los $200.000. En tanto, las piletas rectangulares de mayor tamaño, como las Intex de 300 x 200 x 75 centímetros, pueden alcanzar los $340.000. A estos valores hay que sumar accesorios básicos, como cubrepileta y base protectora, que suponen un gasto extra aproximado de $30.000.
Un paso más arriba se ubican las piletas de fibra de vidrio y las prearmadas, que ofrecen mayor durabilidad y comodidad, pero con un presupuesto considerablemente mayor. Los precios parten de los $1.500.000 para los tamaños más pequeños y pueden superar los $4.000.000 en los modelos más grandes.
Por su parte, las piletas de material son la opción más sólida y duradera, aunque también la más costosa. El precio final depende de variables como tamaño, profundidad, tipo de revestimiento y accesorios.
Actualmente, una piscina puede tener un valor aproximado que va desde los 10.000 dólares en sus versiones más simples hasta alrededor de u$s20.000 en modelos más completos. Con un dólar cercano a $1.450 en diciembre de 2025, esa inversión equivalió a entre $14,5 millones y $29 millones.
El modelo favorito se mantiene estable: “La piscina estándar de ocho por cuatro metros, con playa húmeda incluida, continuó siendo la opción más elegida”, detalló Franco, quien agregó que muchos clientes optaron por agregar bordes atérmicos, iluminación LED subacuática y sistemas de control remoto.
Los jacuzzis inflables, la nueva moda de los veranos
En paralelo, la demanda de jacuzzis inflables creció, pensados más para el relax que para el uso recreativo tradicional. Los precios arrancan desde $1.000.000 y superan los $2.500.000, dependiendo de la capacidad y funciones. Aunque ocupan menos espacio y consumen menos agua, no reemplazan a la pileta convencional para nadar o para el uso intensivo de chicos.
Uno de los aspectos que más sorprendió a los compradores primerizos fue el costo mensual de mantenimiento. Franco explicó que durante la temporada alta el gasto aproximado para mantener el agua en condiciones óptimas está entre u$s130 y u$s140. En pesos, esto se traduce en cerca de $190.000 a $200.000 para una pileta promedio, considerando insumos y consumo eléctrico.
En detalle, un kilo de cloro granulado o pastillas multifunción se ubica entre $8.000 y $11.000, con consumos que se duplicaron o triplicaron en piletas de uso intensivo. El alguicida y el clarificador cuestan entre $7.000 y $10.000 por litro, mientras que los correctores de pH varían entre $5.000 y $20.000. Además, el kit para medir pH y cloro osciló entre $9.000 y $15.000. En invierno, el gasto bajó entre un 70% y 80%, ya que solo se requiere mantenimiento básico.
En cuanto a la pileta de material, también se debe contemplar la pintura y puesta a punto, que se renueva cada dos o tres temporadas. Una lata de pintura especial cuesta entre $40.000 y $80.000.
