El mecanismo de presión M que relató la jueza Figueroa: el rol de los medios y el Consejo de la Magistratura

Para la jueza, la visita de Mahiques en su despacho fue “el inicio de una persecución ideológica en mi contra por parte de terceras personas que se aprovecharon de un uso indebido del poder y de instituciones fundamentales, pilares de una sociedad democrática”.

05 de junio, 2020 | 19.08

La camarista Ana Figueroa relató en la Justicia cómo fue el mecanismo de presión que el macrismo ejerció contra los jueces y fiscales que no se acomodaron a los intereses del gobierno de Cambiemos. En su testimonial ante el fiscal Ramiro González, la integrante de la sala I de la Cámara Federal de Casación Penal describió cómo se articulaban determinadas publicaciones periodísticas con el movimiento de expedientes y denuncias en el Consejo de la Magistratura que estuvo bajo control del macrismo en tiempos de Juan Bautista Mahiques, exsubsecretario en el Ministerio de Justicia de la Nación y consejero en representación del Ejecutivo nacional en el órgano que selecciona y sanciona a magistrados. En su testimonial, la jueza confirmó que quien la visitó en su vocalía para presionarla en torno al caso del Memorándum con Irán fue el propio Mahiques. 

La camarista, que declaró como testigo en el marco de la causa que se  relató cómo fue la visita del funcionario nacional –hoy Fiscal General porteño- a su despacho e indicó que ese día “comenzó una persecución ideológica en mi contra”. 

Mahiques concurrió a su vocalía el 15 de diciembre de 2015, a las 10 de la mañana, aproximadamente, y para sorpresa de Figueroa “el nombrado me preguntó cuánto iba en demorar en sacar una sentencia en particular, la correspondiente a la causa conocida como la de la ‘Inconstitucionalidad del Memorándum con Irán’”. “Como no es habitual que un funcionario del Poder Ejecutivo pregunte por un proceso en trámite -en el caso donde el propio Estado Nacional era parte-, sorprendida le respondí que a tenor de la independencia del Poder Judicial y el principio republicano de división de poderes, no entrara a mi despacho a hacer ese tipo de preguntas”, agregó.  

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A partir de ese día, la relación entre Figueroa y el gobierno de Mauricio Macri quedó sellada. Y los medios de comunicación hegemónicos y el Consejo de la Magistratura tuvieron un rol muy importante.

“Luego de este intercambio con el funcionario Mahiques, a partir del año 2016 ‘curiosamente’ sucedieron noticias periodísticas -que luego se corroboraron con hechos concretos- contra determinados jueces, y la difusión de aparentes listas negras -en las que me incluían-, con nombres de magistrados que el poder político de turno pretendía destituir”, explicó la camarista en su escrito.

A la par, remarcó Figueroa, “se desplegaron otros mecanismos como traslados de magistrados sin observar las normas constitucionales para la designación de jueces”. La referencia no fue azarosa. Uno de los jueces que Macri movió a dedo, sin seguir el criterio de designación de magistrados, fue Carlos Mahiques, el padre de Juan Bautista y ex ministro de María Eugenia Vidal, quien recaló en aquel entonces en la sala I, justo donde se encontraba Figueroa. También, destacó la magistrada que se iniciaron “causas administrativas por denuncias sin sustento ante la Comisión de Disciplina y Acusación del Consejo de la Magistratura de la Nación y destituciones de magistrados”. 

“La metodología utilizada para la sistemática persecución” de magistrados y fiscales, escribió la jueza en su testimonial, “eran similares. Primeramente, se difundían listas de nombres de magistradas/os que la prensa aseveraba que serían ‘objetivos’ del gobierno de turno, imputando falsamente mal desempeño e ilícitos tratando de desprestigiar la imagen del funcionario. El mensaje evidenciado de estas noticias era claro en cuanto a que ellos debían ‘optar’ por un pedido de su jubilación o serían removidos”, aseguró. Y puso como ejemplo que “luego de que se anunciara que tres camaristas específicos estaríamos ‘en la mira’ del “gobierno” (nótese la metáfora amenazante graficada de un disparo) que deberíamos ‘elegir’ entre la jubilación, el traslado o la remoción, dos de ellos escogerían las dos primeras opciones y la suscripta resistió y siguió en su cargo de magistrada”.

Es más, Figueroa contó que luego de invitar a Mahiques a retirarse de su despacho “debí soportar tres falsas denuncias en base a noticias periodísticas -con una clara línea editorial-, las que por su evidente falsedad debieron ser desestimadas de plano y, sin embargo, tramitaron durante el plazo máximo posible de más de tres (3) años bajo la dirección del instructor  Juan Bautista Mahiques” en el Consejo de la Magistratura.

Las denuncias se presentaron “a los siete meses de dicha visita, en julio de 2016”. Se trata de tres presentaciones “abiertamente infundadas” que se abrieron con “diferencias de cinco días entre ellas (del 14 al 19 de julio de 2016)” y “se mantuvieron latentes durante más de tres años hasta que reglamentariamente debieron ser archivadas”.

En su escrito, Figueroa también dedicó un apartado al rol que jugaron ciertos medios de comunicación en esta persecución, otro actor clave del Lawfare.
“La información que brindaban algunos medios de comunicación luego se traducía en actos institucionales concretos. Algunos hechos falsos enunciados mediáticamente, luego tenían correlato en falsas denuncias ante el Consejo de la Magistratura de la Nación, como fue  este caso”, explicó la jueza, en referencia a su situación. “En lo particular, luego de que decenas de noticias anunciaran que me investigarían por mi desempeño como magistrada, efectivamente con posterioridad se efectuaron tres denuncias maliciosas ante el Consejo de la Magistratura de la Nación, constituyendo una metodología de persecución contra juezas/es y fiscalas/es que no los consideraban ‘afìn al gobierno’”.

Respectos a los medios señaló que “el mecanismo de hostigamiento era público y acaeció sistemáticamente desde fines de 2015 a fines de 2019, no escatimando esfuerzos en ejecutarlo en períodos de descanso, vacaciones o días festivos”. 

Citó algunas notas en su contra, como las siguientes: 

- “Pedirán juicio político a la jueza Kirchnerista de Casación Ana María Figueroa” (23/12/2016).

 - “El gobierno buscará remover a cuatro polémicos jueces este año” (13/02/2017). Figurábamos Freiller, Rafecas, Figueroa y Hergot, en ese orden.

- “Ana María Figueroa, la camarista más ‘apuntada’ por el oficialismo” (12/02/2018).

- “Primer paso de la denuncia contra la jueza Figueroa” (16/02/2018). 

- “Avanza el juicio político contra una camarista clave de Casación. Se trata de Ana María Figueroa, vinculada al Kirchnerismo y uno de los objetivos de Macri” (16/02/2018).

Luego de que se anunciara que Figueroa sería uno de los “objetivos” del gobierno, “casualmente se designaba como instructor al Consejero Mahiques, representante del Poder Ejecutivo Nacional en el Consejo de la Magistratura de la Nación”, remarcó Figueroa en su escrito. “Es decir, las noticias de algunos medios periodísticos en particular precedían al acto institucional correspondiente. Así, las noticias que cuestionaban mi desempeño eran generalmente previas a los ‘avances’ en mi contra”, mencionó y evidenció la articulación entre los medios y el Gobierno de entonces en un órgano central para la Justicia como el Consejo de la Magistratura.

Ante la consulta del fiscal González de si recibió presiones, Figureoa fue contundente: “Las referidas e infundadas denuncias ante el Consejo de la Magistratura del Poder Judicial de la Nación y las publicaciones mediáticas constituyeron mecanismos de presión con una clara pretensión de disciplinamiento, que utilizaban contra juezas/ces, que como en mi caso, no aceptábamos injerencia alguna en nuestro trabajo jurisdiccional”. 
A modo de ejemplo, Figueroa acompañó un “dossier de prensa” donde “se puede observar la cantidad de amenazas enviadas sobre mi inminente destitución que tenían como correlato las denuncias ante el Consejo de la Magistratura Nacional que se mantuvo latente por más de tres años hasta su archivo”, el 15 de agosto de 2019, a pocos meses de cambie el gobierno.

Para concluir, indicó que la visita de Mahiques “aisladamente considerada a cinco días de instalado el gobierno, me resultó inusual y desagradable  pero no le di la entidad suficiente de un acto de amedrentamiento para denunciar, distinto habría sido con el correr del accionar público del macrismo, donde el Lawfare se había instalado como práctica explícita. Cuando Mahiques ingresó a mi despacho no dimensioné que sería este hecho puntual, el inicio de una persecución ideológica en mi contra por parte de terceras personas que se aprovecharon de un uso indebido del poder y de instituciones fundamentales, pilares de una sociedad democrática”.