Se trata del Decreto 2578/2014 que fijó una escala que fue elevada un 15% la última vez. La alícuota actual incluye a los autos con un precio de venta de terminal mayor a $195.500 con una tasa del 30%, mientras que los que van de $241.500 para arriba caen en un impuesto del 50%. Según la letra escrita el Ejecutivo tiene la facultad de aumentar estos gravámenes hasta en un 25% o disminuirlos incluso hasta dejarlos sin efecto transitorio.
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Ayer, durante la séptima edición del Salón Internacional del Automóvil de Buenos Aires, la presidenta de General Motors, Islea Costantinti, confirmó que el 1 de julio subirá el impuesto, y sostuvo: "no vemos crisis para el año que viene", aunque aclaró que la preocupación por la caída de Brasil sigue vigente.
No obstante, la también titular de la Asociación de Fábricas de Automotores (ADEFA) resaltó que el tema se sigue desde la Rosada, por lo que no esperan que se elimine la ley. El que sí pidió que se descarte el impuesto fue el presidente de FIAT Argentina, Cristiano Rattazzi, que consideró que el gravamen tiró las ventas para abajo.
Costantini presentó ayer en La Rural junto a periodistas parte del proyecto Fenix, en el cual GM invertirá unos u$s 740 millones en una planta en Rosario para la producción de un nuevo modelo y unos 120.000 motores por año.
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