Carles Piugdemont hizo una fugaz aparición en España este jueves por la mañana. Es buscado fuertemente por la justicia desde 2017, luego de que declarara la independencia unilateral de Catalunya, sin embargo, logró llegar al centro del territorio y, en medio de una plaza, dar un discurso para luego escabullirse entre la gente y volver al estatus de prófugo. Su objetivo, aun así, fue frustrado: quería llegar hasta el Parlamento local para asistir al traspaso de mando del Presidente de la Generalitat, de ahora en más en manos de un socialista, por primera vez en 14 años.
En los videos difundidos en redes sociales, se ve cómo Puigdemont llega al escenario montado en el Passeig de Lluís Companys de Barcelona -uno de los lugares emblemáticos de la ciudad-, rodeado de un grupo de personas y otros que lo ven y lo aplauden. Pega una corrida y entra por detrás al escenario en el acto que organizaba su propio partido, Junts por Catalunya: “A pesar de que nos han hecho mucho daño, hoy he venido aquí para recordarles que aún estamos aquí, porque no tenemos derecho a renunciar”, dijo antes de volver a agitar las banderas independentistas, según reportaron medios locales.
Su aparición no fue casualidad: fue justo una hora antes de la asunción como presidente de la Generalitat Salvador Illlla, primer secretario del Partido Socialista Catalán, en lo que fue considerado por los medios españoles como “el fin” de los gobiernos catalanes en 14 años y el regreso de los socialistas. Illa llegó al cargo en una alianza de su partido con Esquerra Republicana de Catalunya (ERC), de tendencia independentista y socialdemócrata.
“El derecho a la determinación pertenece a los pueblos. Nadie desde la política tiene derecho a arrebatar un derecho que es colectivo. El derecho de Cataluña a decidir libremente su futuro”, sostuvo ante unas miles de personas -tres mil, según las fuentes oficiales; 10 mil según Junts- y remarcó que no es un delito realizar un referéndum. Luego de su intervención, se escabulló entre la gente y fue así cómo se escapó de Los Mozos -o Mossos d’Esquadra como se conoce a la policía catalana-, a quienes les resultó fallida la implementación de la “operación jaula” para poder detenerlo.
Lo que sí lograron frustrar fue su llegada al Parlamento. Según informó el portal RTVE, la idea era acudir al pleno de la investidura. En su lugar, lo hicieron los miembros de su partido Junts, que lamentaron que Puigdemont no haya podido estar en la Cámara para la votación que ungió a Illa como presidente.
"Gobernaré para todos. Vengo a construir, no a desmontar", afirmó antes de la votación de investidura. Cuando Illa fue proclamado pidió aplicar la Ley de amnistía aprobada en marzo de este año. Fue con esa ley -y con las fuerzas independentistas-, que el Gobierno de Pedro Sánchez se mantuvo en el poder luego de las elecciones generales.
La normativa establece que le corresponde a los jueces estudiar los casos de los posibles beneficiarios y, por el momento, dejaron fuera de esa nómina a Puigdemont, según la orden del Tribunal Supremo. Puigdemont está acusado por el delito de malversación junto a otros dirigentes, que fueron condenado a penas de entre nueve y 13 años de prisión en el histórico juicio del 'procés'.
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